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Jacqueline Castillo, quien lidera la Fundación Madres de los Falsos Positivos de Soacha y Bogotá, ha sido distinguida con el Premio Nacional de Derechos Humanos durante una ceremonia realizada en el Centro de Memoria Paz y Reconciliación de Bogotá. Este reconocimiento, que Castillo dedicó a los más de 6.400 jóvenes presentados como guerrilleros muertos en combate de manera ilegítima por parte del Ejército colombiano, pone de relieve el fenómeno conocido como "falsos positivos". Se trata de una de las más graves y polémicas prácticas del conflicto armado en Colombia, ocurrida principalmente entre 2006 y 2008, cuando civiles inocentes fueron asesinados para aumentar cifras y obtener recompensas estatales en el marco de la política de seguridad democrática del expresidente Álvaro Uribe.
La entrega de este galardón trasciende el acto simbólico y resalta la importancia de la memoria y la justicia en procesos de reconciliación nacional. Castillo, quien sufrió la pérdida de su hermano Jaime en estas circunstancias, pasó de ser víctima a convertirse en activista. Su labor busca impulsar la justicia colectiva y reconstruir la memoria histórica en un país golpeado por la violencia. En este contexto, la reciente sentencia de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) —creada tras el Acuerdo de Paz de 2016—, que sancionó a doce exmilitares responsables de más de cien de estos crímenes, refleja avances significativos en la búsqueda de justicia y reparación para las víctimas.
En el análisis de organizaciones como la Corporación Nuevo Arcoíris, los falsos positivos no solo causaron un daño irreparable a las familias de las víctimas, sino también socavaron la confianza de la sociedad en las instituciones militares y judiciales. Se evidenció la existencia de incentivos perversos dentro de la Fuerza Pública, que favorecieron la impunidad y perpetuaron las violaciones a los derechos humanos en el contexto del conflicto armado. Informes del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC) advierten, además, que a pesar de los avances judiciales, las víctimas enfrentan aún estigmatización y amenazas, desafíos que la Fundación liderada por Castillo confronta con apoyo legal y visibilidad pública.
El Premio Nacional de Derechos Humanos, entregado con apoyo de Diakonia y el programa Act Iglesia Sueca junto a la embajada sueca, también reconoció a otras iniciativas como la Mesa Ambiental de Jericó, que defiende el territorio frente a la minería, y el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado. Así, el acto evidencia la relación entre defensa de derechos humanos, protección ambiental y justicia por violaciones cometidas, pilares esenciales para el avance hacia una paz estable en Colombia.




Asimismo, la Hermana Cecilia Naranjo Botero fue galardonada por su extensa trayectoria de apoyo a comunidades afectadas, promoviendo la educación inclusiva y la memoria viva. Su obra, incluida en el libro “Caminantes del amor eficaz para sembrar vida”, representa una mirada integral al trabajo social y pastoral durante el conflicto armado. En la ceremonia, la embajadora de Suecia, María Camer, subrayó que respaldar a quienes promueven los derechos humanos resulta vital para fortalecer la democracia y la paz en Colombia, aún marcada por el legado de la violencia. El reconocimiento a Jacqueline Castillo y a las demás personas y organizaciones galardonadas simboliza el inquebrantable compromiso con una sociedad más justa, donde la verdad y la memoria se erigen como bases para la reconciliación.
¿Qué significa la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)?
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) es el mecanismo de justicia transicional acordado en el proceso de paz firmado en 2016 entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Fue diseñada para investigar, juzgar y sancionar a quienes participaron en crímenes graves cometidos en el marco del conflicto armado, con el fin de garantizar verdad, reparación y no repetición para las víctimas. Su importancia radica en facilitar la participación de víctimas y responsables en procesos de esclarecimiento judicial, contribuyendo a la reconciliación del país y al fortalecimiento de la memoria histórica con acompañamiento legal.
¿Cómo afecta el fenómeno de los falsos positivos a la confianza en las instituciones?
La crisis de los falsos positivos tuvo un impacto profundo en la sociedad colombiana y en la percepción del Estado. Según análisis de la Corporación Nuevo Arcoíris y CERAC, estos crímenes generaron una desconfianza generalizada hacia la Fuerza Pública, porque se vulneraron derechos fundamentales bajo incentivos perversos y se perpetuó la impunidad. La revelación y reconocimiento público de estos casos, junto con el trabajo de organizaciones defensoras como la Fundación Madres de los Falsos Positivos, son fundamentales para reconstituir la legitimidad institucional y restaurar el vínculo entre la ciudadanía y el Estado colombiano.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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