Donald Rumsfeld, jefe de los halcones en la administración de George W. Bush, murió a los 88 años en Nuevo México, suroeste de Estados Unidos, anunció este miércoles su familia.

Antiguo piloto naval, dirigió la guerra en Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre en 2001 en Nueva York y Washington, y fue un defensor de la invasión de Irak en 2003.

Expresamos nuestras condolencias al Gobierno de Estados Unidos y a los familiares y amigos del exsecretario de Defensa Donald Rumsfeld, un gran amigo de Colombia”, escribió sobre este hecho el presidente Iván Duque, este jueves.

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Después, sacó pecho y dijo que tuvo la oportunidad “de conocerlo, tratarlo y disfrutar de su amplia capacidad de análisis y sentido del humor”. Para refrendar esta afirmación, acompañó su trino con una vieja foto en blanco y negro en la que está al lado de Rumsfeld.

Duque luce muy joven, aún sin las canas que lo caracterizan y que cobraron notoriedad en la campaña presidencial que ganó, pues hubo quienes dijeron que se las había pintado para transmitir a los electores la idea de madurez y experiencia. Pero él demostró que eran naturales y disipó las dudas.

El hoy presidente de Colombia se ve relajado, incluso con el saco de su vestido desabotonado, y esbozando apenas una sonrisa. Rumsfeld, en cambio, se ve mucho mayor, ya canoso, bien puesto con su saco apuntado y con una clara sonrisa. Ambos usan gafas.

“La historia lo podrá recordar por sus extraordinarios logros durante seis décadas de servicio público, pero quienes lo conocimos mejor […] recordaremos su inquebrantable amor por su esposa Joyce, su familia y amigos y la integridad de una vida dedicada a su país“, dijo su familia en un comunicado.

“Estados Unidos es más seguro” gracias a Donald Rumsfeld, saludó el expresidente George W. Bush, recordándolo como “un hombre de inteligencia, integridad y energía casi inagotables”, que “nunca palideció ante decisiones difíciles”.

Estamos de luto por un funcionario ejemplar, un hombre muy bueno“, escribió en una declaración.

Lideró lucha contra terrorismo después del 11-S

Después de los ataques del 11-S, Rumsfeld, que había rescatado a las víctimas en el Pentágono, se convirtió en el defensor irreductible de un país fuerte ante los riesgos que emanaban de los terroristas y de Estados considerados incontrolables por Washington.

El rápido derrocamiento del régimen talibán en Afganistán le otorgó gran relevancia en la administración Bush, pero su reputación se vio luego empañada por el estancamiento del ejército estadounidense en Irak y por la denuncia del escándalo de Abu Ghraib en abril de 2004.

Las fotos de prisioneros iraquíes maltratados y humillados por militares estadounidenses en la prisión de Abu Ghraib, en Irak, provocaron indignación mundial.

Rumsfeld dirigió el Pentágono de 1975 a 1977, bajo el gobierno de Gerald Ford, y luego de 2001 a 2006, bajo Bush hijo. La primera vez fue el secretario de Defensa más joven y, a su regreso en 2001, se había convertido en el de mayor edad al frente de esa cartera.

Fue uno de los rostros más impopulares de la presidencia de Bush

Durante sus años en el Pentágono, Rumsfeld también se centró en reformar el ejército estadounidense para que se adaptara mejor a los desafíos de la era posterior a la Guerra Fría. Pero el conflicto en Irak finalmente le costó su puesto en 2006, a la edad de 74 años.

“Me viene a la mente la declaración de Winston Churchill, algo en el sentido de que me he beneficiado enormemente de las críticas y en ningún momento he sufrido una falta de ellas”, dijo al retirarse.

Al final, al igual que el exvicepresidente Dick Cheney, de quien era muy cercano, Rumsfeld siguió siendo uno de los rostros más impopulares de la presidencia de Bush.

Nacido el 9 de julio de 1932, Rumsfeld se licenció en ciencias políticas en la Universidad de Princeton.

Campeón de lucha libre en su juventud, fue un joven representante en el Congreso (1963-69), luego embajador de Estados Unidos ante la OTAN (1973-1974), antes de desempeñarse como jefe de gabinete de la Casa Blanca de Ford (1974-75), ser secretario de Defensa (1975-77) y candidato a la nominación del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de 1988.

Al informar sobre su muerte, ocurrida en Taos, Nuevo México, la familia de Rumsfeld lo describió como “un estadista estadounidense y devoto marido, padre, abuelo y bisabuelo”.