El aparente aumento en la criminalidad en la ciudad llevó a ambos mandatarios, nacional y distrital, a reunirse la noche de este miércoles para buscar soluciones y tomar medidas al respecto.

Claudia López habló primero y fue algo más concreta, descartando primero que la delincuencia hubiera tomado el control de algunas partes de la ciudad, y luego confirmando que una de las determinaciones era “reforzar la inversión social conjunta”.

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Asimismo, López celebró “el cambio de enfoque en la política de seguridad y justicia”, de orden público a justicia social y restaurativa. En ese sentido, habló de cambiar las prioridades carcelarias para que allí sean enviados los delincuentes y no consumidores o incluso quienes son detenidos por hurto simple.

La alcaldesa no evitó enviar indirectas a gobiernos pasados, diciendo que quienes se encontraban discutiendo las nuevas medidas “conocen fenómenos de criminalidad” y “no están experimentando ni ensayando”. Sin embargo, también lo hizo para loar la “experiencia de seguridad humana” aplicada cuando Gustavo Petro era alcalde.

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El presidente siguió ese juego y señaló que lo que se había desarrollado era una “cumbre de seguridad” y “no solo un encuentro de funcionarios”. Eso mismo lo reiteró luego en más de una oportunidad, recordando sus  iniciativas de seguridad cuando estuvo al frente de la capital.

“De acuerdo a estándares internacionales, Bogotá está a punto de dejar totalmente el mundo de las ciudades violentas y pasar al mundo de las ciudades en proceso de pacificación”, destacó después.

Petro insiste en sustentar de esa forma su tesis de seguridad humana pues, según él, para ello “no hay sino una explicación: lo que ha existido en Bogotá se ha llamado justicia social”.

Más labores de inteligencia y aumento de pie de fuerza policial, anuncia Petro para Bogotá

Pero Petro también señaló que todo lo anterior “no significa caer en ingenuidades”. Por eso, señaló que se hará “énfasis en operaciones para las cuales el narcotráfico ha hecho su objetivo, que es hacer dinero”, hablando del lavado de activos producto del narcotráfico.

Para ello, señaló que se reforzará la articulación de cuerpos de inteligencia del Estado “que se dediquen a combatir grandes operaciones de lavado de activos que generalmente se realizan con funcionarios del Estado”.

Aunque dijo que la idea es actuar “con capacidad cerebral más que militar”, también decidió aumentar pie de fuerza policial en la capital, aunque dejó en el aire la posibilidad de hacer cambios en la distribución de la misma. En su concepto, “la Policía que está en cuadrantes no puede estar en flujos poblacionales” que es “donde se localiza el delito”.

El otro punto clave es un “plan de desarme mucho más eficaz”, con lo que adelantó la posibilidad de “eliminar incluso permisos especiales de armas”.

Al consejo de seguridad también asistió el ministro de Defensa, Iván Velásquez, altos mandos militares y de Policía y el fiscal general Francisco Barbosa, quien manifestó la necesidad de aumentar el cuerpo de investigadores del ente acusador.