El sitio sagrado de este resguardo indígena, ubicado en Cota (Cundinamarca), en donde realizan sus actividades y adoraciones, es propiedad de los indígenas desde 1876, dijo el Gobernador de esa comunidad, Gregory Chingaté, a CM&.

“En 1876, tras un remate que hace el Estado soberano de Cundinamarca, nosotros adquirimos estas tierras (505 hectáreas) por 9.001 pesos”.

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Sin embargo, la Sala Civil de la Corte Suprema (encargada del caso) falló a favor de Ricardo Páez, hombre que aseguró que compró esos lotes hace casi 25 años y dictaminó como fecha de desalojo por parte de los indígenas en agosto de 2019, informó el noticiero.

“De buena fe les compré porque ellos tenían sus escrituras y su certificado de libertad, ahí siempre cultivaban y tenían ovejas y sus vacas”, dijo Páez a CM&.

Ante esta situación, la Alcaldía de Cota adelanta un proceso de negociación para intentar comprarle los terrenos a Ricardo Páez con el fin de que el resguardo pueda continuar habitando ese lugar.

“Nosotros estamos luchando es por lo de nosotros, lo que nuestros abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y las descendencias pasadas nos dejaron”, dijo al medio Beatriz García, miembro del resguardo.