El martes pasado se posesionó ante el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, la secretaria de salud de esa ciudad, Milena Lopera, y de inmediato ella lo celebró difundiendo en su cuenta de Twitter fotografías del acto.

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“Asumo con orgullo el reto de continuar cuidando la salud de los medellinenses como Secretaria de Salud”, dijo la entusiasmada funcionaria, pero recibió un comentario que desató el debate no solo en la capital de Antioquia, sino en el país, por tratarse de un tema que se refiere a ella misma y a uno de los problemas de salud pública que más preocupa en todo el mundo.

De hecho, la enfermedad, que se define a partir de un índice de masa corporal (IMC) superior a 30 en adultos, puede provocar enfermedades cardíacas, diabetes o cáncer. En el mundo “casi dos tercios de los adultos hoy viven con sobrepeso o son obesos. Y creemos que para 2060 será así para tres de cada cuatro”, dijo Rachel Nugent, autora principal de un informe publicado en la revista BMJ Global Health, al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas.

“Hemos logrado grandes avances y no pararemos, vamos a seguir trabajando con dedicación y esmero por la garantía del derecho a la salud en nuestra amada ciudad”, agregó Lopera, a lo que Juan José Lafaurie Cabal, hijo de la senadora María Fernanda Cabal y del presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, respondió con datos.

“No romanticemos la obesidad y el sobrepeso”, escribió Lafaurie Cabal, y advirtió que esos dos factores “son el quinto factor de riesgo de muerte a nivel mundial”. A eso agregó el dato de que “cada año fallecen por lo menos 2,8 millones de personas adultas a consecuencia del sobrepeso o la obesidad”. Además le dice a Lopera: “con todo respeto, cuide la salud de los paisas y la suya”.

Por tratarse de una persona que se ubica claramente en la orilla política opuesta a la del alcalde Quintero y de la nueva secretaria de Salud, el comentario se entendió como un ataque político del hijo de la senadora antes que una legítima preocupación.

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Angélica Ortiz, de la Secretaria de las Mujeres de la Alcaldía de Medellín, se pronunció y dijo: “Juan José. Nosotras no vetamos a nadie en un cargo público por su cuerpo. Lo que no deberíamos normalizar es que los hombres juzguen los cuerpos no hegemónicos sin conocer las historias de cada una. Un cuerpo gordo no significa enfermedad y uno delgado no está sano per se”.

También en Twitter, el usuario Alejandro Chala escribió: “No puede ser que para descalificar un nombramiento Lafaurie apele a las estrategias más ruines y rastreras. Esto solo denota que la derecha radical de este país es bien agresiva”.

Lafaurie Cabal, en respuesta, dijo que no puede quedarse callado “ante la imbecilidad de romantizar algo tan delicado como la obesidad y el sobrepeso”. Y cerró: “La gordofobia no existe, dejen de ser tan cenutrios [torpes o estúpidos]”.

Como era de esperarse, el alcalde Quintero intervino en el debate en defensa de la funcionaria que acaba de posesionar, y aseguró que las afirmaciones de Lafaurie Cabal son un asunto de discriminación.

El costo de la obesidad

El tema, sin embargo, supera ampliamente el debate regional y el político. Es un hecho que, la actualidad, la obesidad cuesta cada año el equivalente al 2,2% del PIB mundial y los mayores aumentos se prevén en los países con menos recursos. China, Estados Unidos e India registrarán de aquí al 2060 el costo más elevado en cifras absolutas, respectivamente, con 10 billones, 2,5 billones y 850.000 millones de dólares cada año.

Pero en proporción a sus economías, entre los países más afectados están Emiratos Árabes Unidos, donde la obesidad costará el 11% del PIB, y Trinidad y Tobago, con el 10,2%.

El informe publicado en la revista BMJ Global Health también evalúa los costes directos (cuidados médicos) e indirectos (muertes prematuras, pérdida de productividad, etc.) y da cuenta de factores como el crecimiento de la población y de la economía de un país como motores de la prevalencia de la obesidad.