Desde hace muchos años los principales datos que se preguntan al asistir a una consulta médica es la estatura y el peso, pues estos permiten índice de masa corporal (IMC). Esta fórmula consiste en dividir el peso del paciente en kilogramos por el cuadrado de la estatura en metros.

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Sin embargo, este proceso ha ayudado a médicos, a agentes de seguros de vida e incluso a entrenadores de gimnasio, a categorizar a sus pacientes en uno de cuatro campos: bajo peso, normal, sobrepeso y obesidad.

No obstante, a pesar de la sencillez y la practicidad del IMC como herramienta de medición, un número creciente de expertos cuestiona el valor que pueda tener el índice como herramienta diagnóstica. Por ejemplo, la profesora de ciencias nutricionales de la Universidad de Michigan, Kendrin Sonneville, le dijo a BBC Mundo: “No puedes interpretar nada sobre la salud de alguien solo mirando su IMC”.

También añadió, “el IMC nunca estuvo diseñado para aplicarse a nivel individual, es una medida que está diseñada para caracterizar poblaciones, como en promedio cuál es el tamaño del cuerpo de determinada población y cuánto ha cambiado a través del tiempo”.

Y es que hay una gran variedad de factores que inciden en el peso y en la salud de una persona.

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Otras opiniones de expertos

Según la endocrinóloga Rekha Kumar, aseguró que, “La gente se siente muy mal si les dicen que su IMC es muy alto, o hay personas que asumen que están saludables si su IMC es normal y ninguno de esos dos es necesariamente cierto. El IMC es solo una herramienta para llamar la atención a lo que podría ser un problema de salud”.

La nutricionista Lucy Carey dijo a BBC Mundo que el IMC “no arroja ningún tipo de información de uso para determinar el estado de salud de un individuo“.