El debate político preelectoral continúa su camino en el país rumbo a las elecciones de 2022.  Este miércoles en Blu Radio se calentó nuevamente por cuenta de Gustavo Petro y Alejandro Gaviria, aspirantes al Palacio de Nariño en la próxima contienda electoral.

El tema de la discusión estuvo en los cambios de opinión o de parecer que vienen presentando los precandidatos presidenciales, en especial Petro.

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La emisora recordó, por ejemplo, las palabras de Alejandro Gaviria en una entrevista concedida a María Jimena Duzán, en la que el precandidato anunciaba que es es más progresista que el mismo Petro, en materia religiosa e incluso en temas de políticas de reproducción humana.

Entonces apareció el tema del aborto, y con este, la referencia necesaria del apoyo que por estos días tiene Gustavo Petro en algunos partidos y movimientos cristianos, por ejemplo, el del Partido Levántate, expresado por su líder Alfredo Saade.

Apoyos contradictorios en plena campaña electoral

Esta adhesión fue noticia controvertida porque tanto Saade como el partido representan todo lo contrario que dicen defender Petro y muchos de sus seguidores.

(Lea también: Gaviria sugiere que Petro se opone al aborto y por eso no es tan progresista como dice ser)

La emisora fue más allá y recordó un trozo del discurso político de Gustavo Petro, el año pasado, en el que justamente se refería al aborto y expresaba su posición al respecto:

“Yo creo que las sociedades humanas deben llegar a una sociedad de cero aborto y ese debe ser el objetivo de Colombia. Debe llegar a que no exista el aborto”.

Y agregó: “Si se es defensor de la vida, se debe ser defensor de mujer de manera integral”.

Lo dicho por el líder de la Colombia Humana no fue abiertamente una posición antiaborto. Más bien, se trató de una alusión a una situación (quizás ideal) en la que las mujeres no se tuvieran que ver enfrentadas a ese terrible escenario.

Sin embargo, el debate en Blu Radio siguió el rumbo de la idea de que lo que dijo Petro es una manifestación de ‘voltearepismo’, en el que parece que los precandidatos se arriman a los apoyos necesarios, aunque deban cambiarse los principios.