En su propósito de cuidar el nivel que ha alcanzado en las encuestas, Gustavo Petro sigue afinando su discurso para llegar cada vez a más personas. Y una de esas tareas consiste en situarse lo más lejos posible de tendencias como la de Nicolás Maduro en Venezuela.

La razón es que Maduro, si bien tiene simpatizantes en el país, también provoca fuertes resistencias entre amplios sectores de la población que ven cómo ha empobrecido a su país, al punto que ha provocado la salida de unos seis millones de venezolanos en una de las diásporas más dramáticas en el mundo.

De hecho, en las elecciones presidenciales de 2022, Colombia no solo se juega su futuro, sino que del rumbo que tome el país dependerá también la correlación de fuerzas entre derecha e izquierda que se disputan el continente, algo que quedó en evidencia en la cumbre de la Celac, en México, en donde los presidentes de Paraguay y Uruguay expresaron su malestar por la presencia de Maduro.

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En una entrevista que le hizo El País, de España, este fin de semana, ese medio le preguntó a Petro qué piensa de Maduro. Y la respuesta del líder de la Colombia Humana intentó poner tierra de por medio entre él y Maduro: “Nunca fui cercano a él, siempre le tuve desconfianza”, algo que, por ejemplo, contradice lo que ha dicho Juan Guaidó, que ha acusado a Petro de “cómplice” de Maduro.

Petro agregó que tampoco entendió nunca “por qué Hugo Chávez le ungió [a Maduro] en sus últimos días”. Para Petro, Chávez “era un líder indudable, movilizaba a la población y hubiera ganado todas las elecciones sin necesidad de ningún fraude”.

En todo caso, Petro le dijo al periódico español: “Tenemos que respetar el proceso de Venezuela”, y descalificó lo que ha hecho al respecto el presidente Iván Duque. “Lo que ha hecho Duque es lo peor, tratar de imponer. El caso de Afganistán nos muestra con claridad que intentar resolver problemas internos de otro país lo que hace es enredarlos”.

Maduro, contrariamente a todo lo que yo propongo para el progreso latinoamericano, ha hundido más a Venezuela en el extractivismo. Su opción es la misma de Uribe, la misma de Duque con el fracking”, aseguró Petro. “Entregar concesiones de subsuelo para seguir viviendo de oro y de otros minerales, como el coltán. Además, hay un enorme peligro de apropiación armada, y con eso ya sí se disuelve el Estado venezolano, que es a lo que ha apostado Duque”.

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Además, aseguró que, de ganar la presidencia de Colombia, lo que haría el primer día sería “restablecer las relaciones” con Venezuela. “Son los pueblos los que determinan los cambios. Nosotros mantendríamos buena vecindad con todos los países que tienen frontera con Colombia, independientemente de sus ideologías”.

Y sobre las disidencias de las Farc y el Eln, que se mueven a sus anchas por territorio venezolano con la anuencia del régimen, Petro le dijo al rotativo: “Hoy no se puede librar una guerra en Colombia sin contacto con el narcotráfico. Y si se le quita poder al narcotráfico, el Eln y las disidencias de las Farc se reincorporarán a una actividad cívica más fácilmente que los grupos narcotraficantes puros”.