La crisis de medicamentos que afecta a Colombia en 2025 se ha convertido en uno de los problemas más visibles y dolorosos del sistema de salud. Miles de pacientes, especialmente aquellos con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, cáncer, osteoporosis o VIH, enfrentan largas filas en dispensarios, entregas parciales o incluso la imposibilidad total de acceder a tratamientos esenciales.
(Ver también: Opacidad y caos interno: los escándalos que desnudan la crisis de transparencia en el gobierno Petro)
Las imágenes de personas esperando horas —o regresando a casa con las manos vacías— se han repetido en ciudades como Bogotá, Cali, Medellín y Cartagena desde mediados de 2024, y la situación persiste en muchos territorios durante 2025.
La causa principal y más mencionada por expertos, gremios y la Defensoría del Pueblo es el desfinanciamiento crónico del sistema de salud. La Unidad de Pago por Capitación (UPC) —el dinero que el Estado reconoce a las EPS por cada afiliado— se considera insuficiente para cubrir el creciente costo de los medicamentos, especialmente los innovadores y de alto valor.
Esta brecha financiera ha causado una deuda acumulada enorme en la cadena: las EPS adeudan miles de millones a los gestores farmacéuticos (operadores logísticos como Audifarma, Cruz Verde y otros), quienes a su vez enfrentan problemas de flujo de caja y han reducido o suspendido entregas a ciertos actores. Según reportes de Fenalco y la Superintendencia de Salud, esta deuda superaba los 4 billones de pesos a inicios de 2025 y llegó a cifras aún más altas meses después, con moras que superan los 600 días en algunos casos.
A este problema estructural se suman varios factores que agravan la situación:
- Crisis en la cadena de distribución: los gestores farmacéuticos, concentrados en pocas empresas, están en una posición vulnerable. Cuando las EPS no pagan a tiempo, los gestores priorizan a quienes sí lo hacen o simplemente reducen operaciones, lo que causa desabastecimiento selectivo dependiendo de la EPS del paciente.
- Factores globales y logísticos: la alta dependencia de materias primas importadas (principalmente de China e India) hace al país vulnerable a disrupciones internacionales, encarecimiento de insumos y problemas en la producción mundial.
- Cuellos de botella regulatorios: aunque el Invima ha implementado planes de contingencia, persisten demoras en la aprobación de nuevos registros sanitarios y renovaciones, lo que limita la entrada de alternativas y reduce la oferta disponible.
- Incremento sostenido de la demanda: el envejecimiento de la población colombiana y el mayor acceso a diagnósticos han disparado la necesidad de medicamentos, especialmente para enfermedades crónicas y de alto costo.
En medio de todo ese panorama, el presidente Gustavo Petro, en la alocución presidencial de este martes 23 de diciembre, aseguró que próximamente activará un plan para darle solución a ese problema de los medicamentos, creando una “central única” para comprarlos y así repartirlos a los afiliados a las EPS intervenidas por el Gobierno Nacional.
“Noticia: vamos a crear la central única de compra de medicamentos en las EPS intervenidas. Solo una central. Laboratorio que lleve precios por encima del mercado, no compramos, compramos en el exterior. Acabamos la especulación y el acaparamiento de medicinas”, dijo el presidente Petro.
Y sobre las EPS que aún no están intervenidas, agregó: “La mayoría de las enfermedades huérfanas, las personas que han muerto, han muerto en EPS no intervenidas como Sura y Compensar. No mueren por la enfermedad huérfana, sino por condiciones complementarias”.
Más allá de esta propuesta del Gobierno, expertos de universidades como la Javeriana, la Universidad Nacional y organizaciones como Ascif coinciden en que no se trata solo de una escasez física de medicamentos (muchos existen en el mercado comercial), sino de una falla profunda en la financiación, logística y confianza entre los actores: Gobierno, EPS, gestores farmacéuticos e industria.
Esta desconfianza mutua, potenciada por el intenso debate político alrededor de la reforma a la salud, ha llevado a posturas más conservadoras por parte de algunos proveedores y a un deterioro acelerado en la entrega por el canal institucional.
El resultado es dramático: las quejas por falta de medicamentos ante la Superintendencia se triplicaron en año y medio (de 18.000 mensuales en enero de 2024 a más de 55.000 en julio de 2025), las tutelas por este motivo representan cerca del 37 % del total y muchos pacientes han tenido que recurrir al gasto de bolsillo, rompiendo el histórico bajo porcentaje de este tipo de gasto en Colombia y profundizando la inequidad.
(Ver también: Petro vs. la Justicia: detención de exministros desata pulso político y reabre debate sobre independencia judicial)
La crisis de medicamentos no es un problema nuevo, pero en 2025 alcanzó niveles críticos que evidencian la fragilidad acumulada del sistema de salud durante las últimas dos décadas. Mientras los diferentes actores se señalan mutuamente, los pacientes siguen esperando soluciones estructurales que garanticen el acceso oportuno a tratamientos que, en muchos casos, son vitales.
¿Qué dijo Gustavo Petro sobre tensión entre Estados Unidos y Ecuador?
El presidente Gustavo Petro encabezó en Puerto Asís, Putumayo, el acto protocolario de destrucción de material bélico entregado por la disidencia conocida como Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB), como parte de los avances hacia la paz total.
* Pulzo.com se escribe con Z
Lee todas las noticias de nación hoy aquí.
LO ÚLTIMO