El país está conmovido ante la muerte de Gabriel Esteban González Rodríguez, un niño de cinco años que habría sido asesinado por su padre, el pasado 2 de octubre, en un hotel de Melgar, (Tolima). No solo es Gabriel a quien injustamente le arrebataron su vida o de quien se perdió su rastro, pues en la memoria de los colombianos está el caso de Sara Sofía Galván, Johan Sebastián Rugeles y Luis Santiago Lozano.

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En la madrugada del domingo 2 de octubre, Gabriel Enrique González Cubillos, de 50 años, le escribió a quien fue su pareja y madre de su hijo, que había asesinado al pequeño Gabriel Esteban: “Hora fallecimiento 3:55 a.m, asfixia mecánica, no sufrió”.

Según las investigaciones, el día anterior, el presunto responsable del homicidio recogió al menor en casa de su madre, ubicada en la localidad de Usme, para llevarlo a una celebración familiar de amor y amistad, en el Parque Simón Bolívar, en Bogotá. Prometió regresarlo a su hogar, pero terminó por llevarlo a un hotel en Melgar.

Fue a las 10:00 p.m del mismo día que el sujeto le escribió a la madre de Gabriel Esteban, indicándole que en el baño se encontraba una memoria USB, con dos documentos. Uno de ellos era un video del hombre reclamándole por situaciones que habían vivido durante su relación amorosa y otro en el cual le anunciaba que el niño perdería la vida.

La madre alertó inmediatamente a las autoridades, que desplegaron un operativo de búsqueda en el municipio de Tocancipá, donde residía el hombre. Más tarde, lograron dar con su ubicación: el hotel El Rey en Melgar, lugar donde encontraron el cuerpo sin vida de Gabriel Esteban.

El presunto asesino del menor, en principio, fue capturado este 5 de octubre, al ser localizado por agentes de la Policía de Tránsito, en la vía Melgar – Girardot, en un bus que iba hacia Cali. Sin embargo, quedó en libertad luego de una audiencia por el delito de cohecho. Finalmente, fue recapturado y será trasladado a Melgar, municipio donde se adelantarán audiencias preliminares el próximo 6 de octubre.

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Sara Sofía Galván

Si una palabra definiera el caso de Sara Sofía Galván, la niña de dos años que desapareció en la localidad de Ciudad Bolívar en enero de 2021, sería incertidumbre. Más de un año y medio ha transcurrido desde su desaparición y aún no se tiene conocimiento de qué paso con ella y de si podría estar con vida. Su mamá Carolina Galván y su padrastro Nilson Díaz, principales sospechosos del hecho, han dado diferentes versiones sobre lo que ocurrió entre el 15 y 29 de enero de 2021, cuando Sara Sofía fue vista por última vez.

La madre de la menor ha entregado a las autoridades un aproximado de cuatro versiones distintas, en las que ha admitido haber terminado con la vida de su hija y lanzado su cuerpo a un caño de la capital. Pero también el haber llegado al lugar donde residían y encontrarla sin signos vitales en la cama. En su momento, advirtió que no lo comunicó, al haber sido obligada por su pareja sentimental.

De otro lado, Díaz contó que Sara Sofía fue golpeada fuertemente por su madre en el baño y que, motivo de eso, murió. Sin embargo, hay otras versiones que apuntan a que la niña pudo ser vendida a redes de trata de menores. Su familia aún espera esclarecimiento del caso por parte de la justicia, que, aseguran, ha sido lenta para otorgar veredictos e impartir justicia. La audiencia preparatoria, en la que se espera conocer las pruebas que la Fiscalía tiene en contra de Galván y Díaz ha sido aplazada cuatro veces.

J.V

Un menor de cinco años de edad, identificado con las iniciales J.V, perdió la vida el 7 de agosto de 2021, luego de que su madre se lanzara con él del puente de La Variante, en la vía Ibagué – Cajamarca.

María Alejandra Suárez, como fue identificada la mujer de 28 años, fue reportada como desaparecida por sus familiares desde el día anterior, luego de haber recogido a su hijo en casa de su madre, en Palmira, Valle y de que no se conociera más sobre el paradero de ambos.

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Aunque en un principio se indicó que la mujer se quitó la vida por dificultades económicas, su familia desmintió la hipótesis y aseguró que no sufría de depresión ni pasaba por una situación de dificultad financiera o emocional. Similar fue el caso de Jessy Paola Moreno Cruz, una mujer de 32 años que se lanzó al vacío desde el mismo puente, con su hijo de 10 años, el 6 de febrero de 2019.

De acuerdo con personas que estaban en el sector, desde la mañana la mujer amenazó con quitarle la vida a su pequeño. Ante estas afirmaciones, la Policía, bomberos, socorristas y asistencia psicológica llegaron al lugar para convencerla de que no lo hiciera.

Johan Sebastián Rugeles

En 2014, a Johan Sebastián Rugeles, de 7 años, primero lo reportaron como desaparecido y luego lo encontraron sin vida, en un potrero de Ciudad Bolívar. Las autoridades llegaron a la conclusión de que su madre, María Eugenia García, fue la responsable del homicidio premeditado. Luego, la mujer aceptó los cargos.

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Al pequeño lo estrangularon con una soga, lo torturaron y lo abandonaron en el potrero. No fue esta la única ocasión en la que su madre quizo deshacerse del niño. Con apenas 20 días de nacido, la mujer lo abandonó en la calle, sin embargo, su hermana lo recuperó.

“Cuando se conoció la muerte del niño, iniciamos la investigación. Lo primero que hicimos fue indagar a los familiares del menor y descubrimos que la madre había mentido. Ella dijo que lo había llevado al colegio, pero con los videos se pudo establecer que ella lo llevó a otro sitio, justo cerca del sector donde lo encontraron muerto”, dijo el general Humberto Guatibonza, entonces comandante de la Policía de Bogotá. De acuerdo con las autoridades, Johan Sebastián fue encontrado con signos de maltrato y de desnutrición.

Luis Santiago Lozano

En 2008, el secuestro de un niño de apenas 11 meses, consternó al país. En especial, cuando se descubrió que su padre, quien había fingido ante los medios de comunicación su preocupación, había sido el autor del crimen. El responsable, identificado como Orlando Pelayo, habría contratado a un hombre y a una mujer para que, en horas de la noche del 24 de septiembre, irrumpieran en el hogar del menor, donde se encontraba únicamente Luis Santiago y su madre. Tras haber sido fuertemente golpeada y abusada sexualmente, los criminales robaron al menor.

Una vez se logró la captura de estas dos personas, las autoridades concluyeron la participación del padre en el secuestro y homicidio, quien habría sido impulsado a cometer estos delitos en venganza a la madre, con quien atravesaba problemas en su relación y para desaparecer todo vínculo con ella, dado que tenía otra relación sentimental.