En abril pasado, por ejemplo, Claudia López aseguraba que el virus entró por el aeropuerto El Dorado hacia el norte de la ciudad por medio de viajeros que llegaron de otros países trayendo el virus, pero que este se estaba esparciendo con peligrosidad hacia el sur.

En esa misma declaración, la mandataria capitalina lamentaba que la mayoría de enfermos de COVID-19 estuvieran en el norte de Bogotá, pero que los muertos comenzaran a ser más en el occidente y el sur, principalmente en la localidad de Kennedy.

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Además, López aseguraba que la situación se comenzaría a agravar en Bosa, Engativá y Ciudad Bolívar, además de Suba y Usaquén, que tenían la mayoría de enfermos en el norte.

Ahora, varios meses después, la situación es distinta y, según lo aclaró la propia alcaldesa este lunes, el contagio es más grave en el norte, en las localidades de Chapinero, Usaquén, Suba, Barrios Unidos y Engativá, además de Fontibón y Teusaquillo.

Hasta este lunes 21 de diciembre, Bogotá acumulaba 430.198 casos de COVID-19. Además, según un estimativo del Instituto Nacional de Salud, solo el 26 % de los habitantes de la capital ya habría tenido COVID-19, por lo que la gran mayoría todavía no se habría contagiado gracias a haber conservado las medidas de cuidado durante los meses anteriores. Un dato positivo, pero que exige seguir manteniendo las medidas de cuidado para evitar que se dispare la propagación del coronavirus.