La entidad Distrital señaló que cuando visitó la sede de esa farmacia en la localidad de Usaquén se dieron cuenta de varios errores, indicó Blu Radio.
– El primero de ellos es que no se cumplieron “los requerimientos de prudencia” al separar los medicamentos en las áreas de almacenamiento y “la estantería donde estaban no estaba debidamente diferenciada”.
– También se encontró una falla durante la “implementación del sistema de gestión de calidad” que se encarga de revisar las sustancias que se dispensan y se asegura de que las que representan algún riesgo estén bajo llave.
– Como un mensaje de alerta a la ciudadanía, la entidad recordó que la persona que entrega el medicamento debe decir en voz alta de qué tipo es y pedirle al paciente que confirme si coincide con la fórmula. Esa obligación tampoco se cumplía en el lugar.
– Por último, indicó la emisora, hallaron que no existe un “registro sobre las actividades que se estaban siguiendo”, sin dar más detalles de este punto.
El secretario de Salud de Bogotá, Alejandro Gómez López, le dijo a la cadena radial que en la droguería no seguían estos diferentes protocolos de ley.
Los funcionarios también visitaron la clínica donde fueron atendidos los menores y allí encontraron que el tipo de atención y diagnóstico fueron correctos, lo que confirmó que el error que le costó la vida a los dos menores de 7 y 10 años sí estuvo en la dispensación de los medicamentos.
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