Después de lo ocurrido en la Escuela de Cadetes General Santander, tanto la seguridad del centro comercial, ubicado en el noroccidente de Bogotá, como las autoridades actuaron con precaución. Los guardas decidieron llamar a la policía después de que un canino de seguridad alertara por un posible peligro.

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Al lugar acudieron efectivos de policía, bomberos, carabineros, alcaldía de la localidad de Suba y sobre todo el grupo antiexplosivos. Después se descartó el riesgo y se declaró la falsa alarma cuando apareció el dueño del vehículo y se confirmó que el mismo no revestía peligro, informó RCN Radio.

El comunicado del centro comercial añade que lo que podría haber alertado a los perros fue que en dicho vehículo “se han transportado sustancias químicas” anteriormente.