Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Juan Orduz   Dic 5, 2023 - 10:10 am
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Las campañas de prevención contra la pólvora no parecen ser suficientes para que las personas dejen de manipular la pirotecnia cada 1 de diciembre para así recibir la Navidad. Y el último mes del año empieza con cifras poco alentadoras.

Este año, van más de 41 personas quemadas a causa de la pirotecnia en Colombia, según el Ministerio de Salud en su más reciente informe. Sin embargo, los humanos no son los únicos que padecen las consecuencias de esta tradición, también lo hacen los animales (tanto los domésticos como la fauna silvestre). Por otro lado, perro criollo está perdido en Medellín, todo su barrio lo extraña.

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Este año, se conoció la desgarradora historia de Luna, una perra ‘flat-coated retriever’ de 10 años que vivía con su familia en el municipio de Rionegro, Antioquia, y que falleció a causa de una hemorragia que, aunque no recibió un diagnóstico oficial, podría haber sido causada por la pólvora que se produjo el día de la alborada.

Luna era la perra más ansiosa y nerviosa de la casa y, ese primero de diciembre, unos vecinos comenzaron a lanzar pólvora al aire, cerca de 10 minutos seguidos, como detalló la dueña de Luna, que prefirió no revelar su identidad.

Luna hacía parte de una familia conformada por una pareja de esposos y cuatro perros más, pero ella (a diferencia de los otros perros criollos) era la más ansiosa y nerviosa de la casa y así fue que el día de la alborada la perra comenzó a estresarse por las detonaciones. Además, revelan ‘tips’ para cuidar la salud bucal de su mascota.

“Este año nos cambiamos de casa y pensábamos que al estar más alejados no se iba a sentir tanto la pólvora. Sin embargo, aquel día, eran las 11:57 de la noche que escuchamos la primera detonación. Se escuchaba muy cerca y fueron alrededor diez minutos de estallidos constantes. En el primer estallido, Luna comenzó a moverse de un lado para otro, yo la abrazaba, le puse música y trataba de tranquilizarla, pero ella seguía muy nerviosa”.

Luna, del desespero, se metió debajo de la cama y se quedó allí durante los estallidos y, al salir, su familia notó que su estómago estaba completamente hinchado. Pasaron unos minutos y la perra se recostó en una esquina, presentó un vómito de sangre y falleció, en el departamento donde pirámide estafaba con ganado y les quitó millones a cientos de personas.

Con esta historia, la familia de Luna busca visibilizar la problemática de la pirotecnia en la ciudad y el riesgo que puede significar la pólvora para las mascotas y animales de fauna silvestre.

“Queremos que la gente entienda que la pólvora afecta a los animales, no es un cuento, los perros, los pájaros, los gatos, esto los afecta mucho”, dijo la familia de Luna.

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¿Qué dicen los expertos?

La médica veterinaria Maria José Rico Sierra, de la Universidad de Antioquia, explica que los animales tienen una sensibilidad auditiva mucho más amplia que la de los humanos.

Lo que para nosotros puede ser un sonido fuerte, para ellos podría ser el triple de fuerte de lo que nosotros lo escuchamos, entonces esto tiene un mayor impacto para ellos, teniendo en cuenta que no reconocen qué es lo que está ocurriendo, no saben por qué las personas tiran pólvora y para ellos eso representa un peligro, no saben qué es, lo que puede traducirse en miedo o estrés”, dijo. a propósito mujer dice que Avianca encerró a su perro en bodega de otro avión.

Por su parte, María Alejandra Mejía, veterinaria del Centro de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad CES, explicó que además del sonido, los animales también pueden estresarse al ver destellos de luz intensos y las vibraciones. Ellos no pueden comprender qué está sucediendo. “Solo se limitan a ver o sentir más no a entender que no representa un riesgo”.

Según las expertas, la pólvora puede producir en los animales diversas condiciones que afectarán su salud como situaciones de pánico, ansiedad, náuseas, taquicardia, desorientación, aturdimientos, abortos si está preñada, convulsiones, quemaduras y hasta la muerte a causa de un infarto.

“En estos momentos de ataque de pánico sus cuerpos solo les piden que huyan del peligro, por lo que pueden comenzar a segregar hormonas que afectan a nivel cardiovascular. Los perros podrían desmayarse, perder el control de sus esfínteres (orinarse y defecarse en esos momentos) por su estado de alarma y por último, puede ocurrir la muerte generada por paros cardiorrespiratorios. Por otro lado, no sabemos la historia clínica de cada paciente, si tienen enfermedades de base puede ser más riesgoso”.

Además de estas condiciones, también existe el riesgo de que se escapen de sus casas o haya otro tipo de emergencias.

Los animales que están en pisos altos se pueden tirar por ventanas, balcones, golpear con repisas, con vidrios. Estos perros se podrían lastimar mucho porque creen que pueden lograr huir de la sensación de ataque que les produce la pólvora. Otros riesgos es que dejan de comer y pueden reaccionar de manera agresiva al no saber qué ocurre”, agregó María Alejandra.

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