A una semana de reinciarse los diálogos con el ELN, que después del primer ciclo de negociación tuvo una aguda crisis por el anuncio del gobierno de un cese el fuego inconsulto, la polémica vuelve a cruzarse en la negociación.
Antonio García, máximo comandante del ELN, aseveró que “la paz no implicaba la dejación de armas”, aseveración que de inmediato levantó polvareda porque lo que se espera es que, tras una negociación con un grupo armado ilegal, este abandone la lucha armada y haga un tránsito a la vida civil.
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Así lo considera el analista y experto del conflicto armado, Juan Carlos Ortega. “No tendría sentido sentarse en una mesa de negociación para que la contraparte que se levantó en armas, no las deponga. Se considera que si un grupo dialoga con el Gobierno es para inciar una nueva vida en la legalidad y dejar de afectar a las comunidades con las acciones de guerra del pasado”, expresó Ortega.
El asunto de las armas no es la única frase que desata polémica por el proceso de paz entre el ELN y el gobierno del presidente Gustavo Petro.
En las redes sociales que tomó como vitrina, el jefe guerrillero insitió en que no se debería meter al grupo guerrillero que comanda en el mismo saco de la negociación con agrupaciones ilegales dedicadas al narcotráfico.
“El proceso de paz con el ELN no puede utilizarse como ‘paraguas’ de asuntos no claros. El único propósito del proceso de paz es hacer de Colombia un país más democrático, justo e incluyente; que las justas aspiraciones de las mayorías del país sean escuchadas y tenidas en cuenta”, dijo el jefe subversivo.
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Además, García, quien se encuentra en Venezuela, indicó que “el gobierno no se ha puesto a tono con lo acordado en la mesa. Si el ELN sigue siendo considerado GAO, quiere decir que seguimos en el mismo punto que lo dejó Duque, o sea no despegamos como debería ser”.
Por ahora, y días antes de volar a México a instalar el nuevo ciclo de diálogos en el que se buscará tratar el tema de un cese el fuego, el mismo que causó la crisis el pasado 31 de enero, el comisionado de Paz, Danilo Rueda, y los más cercanos colaboradores han sabido mantener silencio para evitar entorpecer con declaraciones fuera de contexto, un proceso de paz engorroso y tedioso para los colombianos y el mismo gobierno.
“Estamos trabajando en y desde los territorios, pues la superación del conflicto será real y posible si todas y todos, desde las diferencias, construímos los escenarios de transformación de las conflictividades en un potencial para la democracia”, expresó el comisionado de Paz en Twitter.
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