Edwin Ballesteros, representante a la Cámara por Santander, renunció a su curul mientras la Corte Suprema de Justicia adelanta investigaciones en su contra por presunta corrupción.

“Durante más de 3 años como representante a la Cámara, le he puesto el corazón”, declaró Ballesteros, entre lágrimas en el transcurso de la sesión del Congreso de esta tarde. La plenaria de la Cámara de Representantes aprobó su renuncia con 131 votos a favor y 15 en contra.

El proceso contra Ballesteros se debe a presuntas irregularidades en contrataciones realizadas cuando fungió como gerente de la Empresa de Servicios Públicos de Santander, entre los años 2013 y 2016.

A finales de junio, el congresista del Centro Democrático fue llamado a declarar por la Sala de Casación de la Corte Suprema de Justicia.

La renuncia se da después de que el abogado del congresista, el exfiscal Eduardo Montealegre, decidiera no continuar con la defensa de Ballesteros alegando falta de garantías. Este fue el mismo argumento que dio el representante para justificar su renuncia ante la Cámara.

“La Corte vulneró mis garantías constitucionales y violentó mi derecho fundamental a la defensa, cuando estas investigaciones no obedecen a ninguna función o relación con mi ejercicio como representante a la Cámara, por esto presento mi renuncia”, declaró Ballesteros.

Esta fue la carta con la que hizo oficial su dimisión:

Uno de los cambios fundamentales que se dará en el proceso de investigación a Ballesteros es que su caso, con la renuncia a la Cámara, ya no será llevado por la Corte Suprema de Justicia, sino que será tomado por la Fiscalía, de acuerdo a Vanguardia.

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De esta manera, se suma al expresidente Álvaro Uribe, al exgobernador de Santander Richard Aguilar, y al exsenador Álvaro Hernán Prada como los casos más recientes de parlamentarios que renunciaron a sus funciones para evadir a la Corte, entre otros.

Justamente, por esta investigación, se encuentra en prisión preventiva el excongresista Richard Aguilar, quien fue capturado en mayo de este año por los delitos de concierto para delinquir, interés en la celebración de contratos y peculado por apropiación.

Liliana Botero de Cote, quien quedó tercera en las elecciones regionales de 2018, tomaría la curul de Ballesteros.