Parece una frase repetitiva de nunca acabar, pero lo cierto es que la delincuencia en Barranquilla, a medida que transcurren los días, se acrecienta en los rincones de la ciudad. que anteriormente era conocida por su remoquete del ‘mejor vividero del mundo’.
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La capital del Atlántico se ha vuelto invivible, en materia de seguridad, y prueba de ello son los continuos robos, asaltos y extorsiones de los que a diario son presas comerciantes y ciudadanos del común.
Un último hecho que pone en tela de juicio la seguridad que presta la Policía Metropolitana de Barranquilla ocurrió a las afueras de un templo de testigos de Jehová, una comunidad religiosa que cada día aumenta su número de fieles en ‘la Arenosa’.
En la noche del jueves 17 de agosto y mientras quienes profesan esa religión se reunían dentro del Salón del Reino de los Testigos de Jehová, ubicado en la calle 72 con carrera 50, ladrones robaron partes de, al menos, cinco vehículos de alta gama estacionados a las afueras del recinto cerrado, según información de El Heraldo.
“Quedaron sin muchos de sus equipos, emblemas, espejos, entre otras autopartes”, se leen en el rotativo costeño los detalles de las partes hurtadas por ladrones que tienen azotado el sector del Centro-Norte-Histórico.
Por la percepción de inseguridad que tienen los asistentes a este templo religioso, ellos les piden a las autoridades ejercer mayor vigilancia en la zona, debido a que a partir de las 7:00 p. m ese sector va quedando oscuro y sin un alma transitando por allí.
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