El Hotel Tequendama es un ícono de la historia bogotana. Construido entre 1950 y 1951, fue un monumento nacional y el edificio más alto de la década (desde entonces ha tenido ampliaciones y remodelaciones).

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El hotel está situado en donde antiguamente se encontró el claustro de San Diego, y unos años después, la Escuela Militar, entre la carrera Décima y el Parque Centenario. Fue símbolo del avance de la ingeniería colombiana, pues su construcción se hizo con concreto armado y tomó poco tiempo a comparación de otras estructuras anteriores.

Años después se sumaron los edificios Bachué, Bochica, Bavaria y las Residencias Tequendama, todos conectados entre sí por galerías comerciales y pasillos para conformar un punto clave de negocios en la ciudad: el Centro Internacional.

Según el experto en patrimonio urbano Guillermo Tovar, en las décadas de los 60, 70 y 80 el Tequendama era famoso por su bar Chispas, el Salón Esmeralda, el Monserrate, la cafetería El Virrey y el legendario Salón Rojo, el más frecuentado por políticos y socialités de la época.

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Allí se hospedó Richard Nixon cuando era vicepresidente de Estados Unidos, Fidel Castro, los primeros astronautas que fueron a la luna, entre ellos, Neil Armstrong, el Dalai Lama, Vicente Fernández, entre otros.

 

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El famoso cantante cubano, Miguelito Valdés, murió de un infarto mientras cantaba en uno de sus salones en 1978.

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Hoy el Hotel Tequendama sigue siendo uno de los hoteles claves de la ciudad, y el más icónico, con sus 18 pisos de altura ha sido remodelado y modificado para recibir turistas en uno de los puntos más importantes de la capital.