“La niña nació prematura, estuvo mes y medio en incubadora en el hospital y regreso con nosotros, estaba bajita de peso y con pocas defensas, le dio una gripa y luego una varicela y llegaron a quitarle la niña a la madre supuestamente por descuido“, contó el padre de la niña a Noticias Caracol.

El noticiero señala que el ICBF autorizó la adopción y los padres, una familia de bajos recursos de Arcabuco, Boyacá, firmaron el documento convencidos de que era el procedimiento para recuperar a su hija:

“Firmé y ella firmó porque sabíamos que nos entregaban el proceso, mas no que estábamos firmando la cuestión de adoptabilidad, digamos que nosotros entregábamos la niña al ICBF para que la diera en adopción, nosotros en ningún momento hicimos eso”, prosigue el relato, según el mismo medio.

Mientras la niña era adoptada por una familia en Tunja, los progenitores, un maestro de la construcción y una empleada que trabaja en casas de servicio, alegaban que “los estaban castigando por vivir en la pobreza“, detalló la Corte.

Su tutela llegó hasta la Corte Suprema, que ordenó reversar el procedimiento diciendo que la ley privilegia que “los niños no sean separados de sus padres contra su voluntad” y que “declarar a un niño o niña en adopción es una solución extrema a la que únicamente se debe acudir cuando se agotaron todos los mecanismos de protección que existían”.

Por ende, concluyó que la declaración de adoptabilidad “no es para castigar a los papás de los niños que tienen dificultades, especialmente económicas, como era su caso”, indicó Caracol. “La falta de recursos no es un argumento válido para quitarles los hijos a sus padre”, agregó.

Lee También

La familia biológica espera con ansias el momento de volver a acoger a la niña, que ya tiene 4 años y, de acuerdo con el informativo, también “padece un problema de deglución” que hace que guarde la comida en sus mejillas, dañando sus dientes.

La directora del ICBF, Lina María Arbeláez, dijo al noticiero que se prestará “acompañamiento psicosocial, psicológico y emocional para garantizar a la niña que hay una estabilidad y no se genere una vulneración de los derechos a ninguna de las partes“.

Sin embargo, la familia adoptiva vive una realidad completamente distinta, después de vivir 7 meses con ella, dentro de los cuales incluso alcanzaron a bautizarla, y solo piden que se preste más atención a la hora de iniciar este tipo de procesos.