Esta audiencia será por el supuesto exterminio y violaciones a los derechos de unos 6.000 miembros del partido Unión Patriótica a lo largo de 20 años a partir de 1984. 

La demanda, presentada a la Corte en 2018 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), afirma que “el caso se relaciona principalmente con un exterminio compuesto de múltiples y sucesivas violaciones al derecho a la vida, desapariciones forzadas y desplazamientos de particular gravedad y magnitud, y tiene un carácter emblemático en Colombia”, recopiló EFE.

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La Corte IDH, con sede en Costa Rica, llevará a cabo la audiencia de manera virtual debido a la pandemia de COVID-19 y se prevé que concluya el próximo viernes tras haber declarado testigos y peritos y se hayan expuesto los alegatos orales finales de las partes. 

Estos hechos ocurrieron a partir de 1984 y durante al menos 20 años, contra unos 6.000 miembros de la Unión Patriótica (UP), quienes habrían sido víctimas de desapariciones forzadas, amenazas, hostigamientos, desplazamientos forzados y tentativas de homicidio, perpetrados tanto por agentes estatales como por actores no estatales. 

Además, la demanda alega que determinadas personas habrían sido sometidas a criminalización infundada o uso arbitrario del derecho penal y torturas en el marco de varios casos judiciales.  

Al Estado colombiano se le acusa de haber violado los derechos a la libertad personal, a las garantías judiciales, a la honra y dignidad y a la protección judicial, así como los derechos políticos, la libertad de pensamiento y de expresión, libertad de asociación y el principio de igualdad y no discriminación.  

Todo ello debido a que el móvil de las graves violaciones de derechos humanos cometidas en contra de las presuntas víctimas habría sido su pertenencia a un partido político y la expresión de sus ideas a través del mismo.  

La demanda también señala que las víctimas de este caso aparentemente fueron sometidas constantemente a estigmatización a través de declaraciones de funcionarios públicos y actores no estatales, incluyendo calificativos como terroristas o brazo político de las Farc. 

“Se sostiene que las investigaciones adelantadas por el Estado respecto de los hechos del caso habrían sido incipientes e insuficientes, y no habrían logrado proveer, ni a los sobrevivientes, ni a los familiares de los fallecidos, ni a la sociedad colombiana en su conjunto, de un verdadero esclarecimiento sobre las responsabilidades del exterminio contra los integrantes y militantes de la UP”, afirma la acusación, recopilada por EFE.