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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 7, 2025 - 6:32 pm
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El colapso de la vía que une Pensilvania, ubicada en el departamento de Caldas, con el municipio de Nariño en Antioquia, ocurrido durante la noche del 10 de abril de 2025 debido a la creciente súbita del río Samaná Sur, marca uno de los episodios recientes más complejos de gestión del riesgo frente a desastres naturales en el ámbito vial colombiano. La ruptura de la banca, provocada por el desbordamiento del río e intensificada durante los trabajos de protección que realizaba el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Antioquia (Dagrán) a través de su operador Rentan, dejó en evidencia las dificultades técnicas de intervenir infraestructuras existentes en zonas vulnerables, incluso cuando se buscan mitigar daños mayores a instalaciones críticas, según recoge el diario La Patria.

A raíz de esta emergencia, las autoridades locales y departamentales reaccionaron activamente, priorizando la estabilización de la vía mediante la instalación de un muro provisional construido con geobags, grandes bolsas industriales rellenadas con rocas que refuerzan taludes y proporcionan soporte rápido. El ingeniero Sebastián León lideró estos trabajos con el respaldo logístico de Rentan y bajo el acompañamiento de la alcaldesa Érika Cardona, tomándose como modelo de actuación que sigue recomendaciones de expertos consultados por medios como La Patria y El Espectador sobre la importancia de la respuesta inmediata en contextos montañosos sometidos a intensas lluvias. Los especialistas subrayan cómo la velocidad de la reacción puede influir de manera decisiva en la reactivación de actividades económicas y sociales después de este tipo de desastres.

El fenómeno que llevó al colapso de la vía se agrava por las condiciones inherentes del río Samaná Sur, catalogado como zona históricamente expuesta a crecidas rápidas. Según informes del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (IDEAM), los patrones regionales de lluvia han presentado aumentos significativos en frecuencia e intensidad, fenómeno atribuido tanto al cambio climático como a la deforestación de las cuencas altas. A la luz de este contexto, expertos citados por El Espectador y estudios del IDEAM consideran crucial sumar acciones de reforestación y manejo integral del territorio a las intervenciones viales, aunque reconocen que en los departamentos afectados dichos programas avanzan a un ritmo insuficiente.

Más allá de los desafíos ambientales y técnicos, la importancia de la vía radica en su papel esencial en la economía local. De acuerdo con información de la Cámara de Comercio de Manizales, el cierre temporal de esta carretera incide de manera directa en la comercialización de productos agrícolas como café, frutas y textiles, generando pérdidas económicas y afectando miles de empleos asociados a las cadenas productivas regionales.

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Para la reconstrucción definitiva, el Ministerio de Transporte de Colombia ha señalado la necesidad de reevaluar el diseño e incorporar soluciones que incrementen la resistencia ante futuras emergencias, entre ellas muros verdes, sistemas de drenaje más eficientes y sensores de monitoreo hidrometeorológico. Este enfoque responde a estándares recomendados por la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ) y busca fortalecer la resiliencia en infraestructuras críticas como política pública para regiones sujetas a eventos climáticos extremos.

La emergencia en la vía Pensilvania-Nariño sintetiza así múltiples dimensiones: desde la gestión ambiental y tecnológica, hasta impactos socioeconómicos y la articulación política e institucional. Según las fuentes consultadas, la superación de este reto requiere no solamente inversión sino visión estratégica, involucramiento comunitario y fortalecimiento de capacidades locales para abordar los crecientes desafíos que plantea el cambio climático en Colombia.

¿Qué es un geobag y por qué se utiliza en emergencias viales?
El término geobag describe una bolsa industrial elaborada con materiales duraderos, como polipropileno, diseñada para ser rellenada con rocas o materiales granulados y servir como elemento de contención o refuerzo temporal. En contextos de emergencias viales, los geobags se emplean por su instalación rápida y su facilidad para adaptarse a diferentes necesidades topográficas. Su utilidad ha sido comprobada en casos como el de la vía Pensilvania-Nariño, donde ofrecieron una solución inmediata antes del desarrollo de obras permanentes. Gracias a esta característica, permiten restablecer temporalmente el flujo vehicular y evitar mayores afectaciones.

¿Cómo impacta el cierre de vías regionales a la economía local?
El cierre o deterioro de rutas como la que comunica Pensilvania y Nariño afecta profundamente las actividades comerciales y de transporte de bienes y personas. Según el informe de la Cámara de Comercio de Manizales, la interrupción de esta arteria vial repercute en cadenas productivas de sectores como el agrícola y textil, generando pérdidas económicas considerables y frenando el acceso de productos a los mercados regionales y nacionales. Esto se traduce en disminución de ingresos para los productores, reducción del empleo y mayor vulnerabilidad social. Por tanto, la recuperación oportuna y sostenida de la infraestructura vial es fundamental para la estabilidad económica y social en zonas rurales y periurbanas de Colombia.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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