El fenómeno de las cocinas ocultas o “dark kitchens” hace parte de una práctica empleada desde hace algunos años en países como Perú, España, Argentina y Colombia. En estos lugares, se preparan platos de restaurantes reconocidos que llegan hasta las mesas de la gente, pero que no se cocinaron en los locales en los que se hizo el pedido. 

En Argentina, por ejemplo, el modelo se desarrolló rápidamente por cuenta de la aplicación Rappi (creada en Colombia), según recoge el portal especializado PuntoBiz.

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Acá en Colombia, la práctica también se lleva a cabo por parte de restaurantes y ‘apps’ de domicilios. Si bien no consiste en algo ilegal, varios ciudadanos dicen que las cocinas instaladas en zonas residenciales de Bogotá no cumplen los requisitos sanitarios. 

Las localidades en las que más se han encontrado cocinas ocultas son Chapinero y Usaquén, según recogió El Tiempo en un extenso informe al respecto. 

Ese periódico constató que algunas cocinas ocultas instaladas en zonas residenciales de Cedritos (norte de Bogotá) no cuentan con requerimientos sanitarios y atraen roedores u otros animales indeseados. 

Las cocinas ocultas cuentan con distintivos oficiales de ‘apps’ como la mencionada Rappi, pero también de iFood y Domicilios.com. Ese rotativo señala que, si bien la práctica no está vetada, algunas cocinas ocultas han descuidado sus protocolos de higiene, algo que pone en riesgo al consumidor final. 

Ante la denuncia, la Secretaría de Salud indicó a El Tiempo que “los establecimientos denominados ‘cocinas ocultas’ son inspeccionados, vigilados y controlados como sitios de preparación y expendio de alimentos”, algo que dista de lo reportado por ese medio, que asegura que en muchos sitios se está dando presencia de animales e incomodidad por los fuertes olores. 

El problema va más allá de la clausura de las cocinas ocultas que no cumplan las medidas sanitarias, ya que, de acuerdo con ese diario, cuando se cierra una cocina oculta que no cumple las normas simplemente se abre una nueva en otra parte de la ciudad. 

Finalmente, ese medio resalta que durante el 2020 se cerraron 32 cocinas ocultas en Bogotá. Sin embargo, esto sería insuficiente ante las nuevas cocinas que reabren en otras zonas. “Cierran una y abren cuatro”, indicaron algunos denunciantes ante ese periódico.