El Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo acaba de alertar sobre graves hechos de orden público en el departamento del Cesar. A los barrios que están a las afueras de la cabecera municipal de Codazzi están llegando hombres armados del Clan del Golfo, autodenominadas como AGC, con el fin de reclutar jóvenes y también a ejecutar a otros en las mal llamadas “limpiezas sociales”.

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La alerta temprana indica que hubo un incremento de los homicidios selectivos derivados del proceso de reconfiguración de las estructuras criminales, entre ellas, la del Clan del Golfo.

La Defensoría del Pueblo envió la alerta temprana al Ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, quien además realiza la Secretaría Técnica de la Comisión Intersectorial para la Respuesta Rápida a las Alertas Tempranas (Ciprat). En el documento se explica que “en un área que comprende la convergencia territorial de Valledupar, El Copey y Pueblo Bello el frente Francisco José Morelos Peñate del bloque Nelson Darío Hurtado Simanca de las AGC configuró, a partir de la implantación de un aparato armado, un importante epicentro para su expansión y consolidación desde el cual se han desplegado, por el norte y centro del Cesar, distintos dispositivos de coacción, urbanos y rurales.

El Defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis, advirtió que la situación tiende a agravarse, si se tiene en cuenta la orden de uno de los comandantes del frente Francisco José Morelos Peñate a los mandos de las células urbanas, entre ellos el de Codazzi, de arreciar con las acciones de exterminio social. “Resulta grave es que en las últimas semanas se ha constituido, en inmediaciones de la cabecera municipal de Codazzi, especialmente en los entornos de la Trocha de Verdecía, un nuevo epicentro que a las AGC les ha resultado estratégico para hacer presencia permanente en el Corredor Minero”, señaló el defensor.

La Defensoría del Pueblo encontró seis tipos de acciones del Clan del Golfo que afectan a la comunidad. El primero son las mal denominadas “limpiezas sociales”, que afectan a personas socialmente estigmatizadas y mediante las cuales pretenden transmitir el mensaje a la población de que ahora controlan el te han llegado para imponer el orden y garantizar la seguridad en el municipio. En segundo lugar, está la de dinero como contribución a una supuesta “causa gaitanista” que, más allá de la importancia que podrían tener estas rentas ilícitas para las finanzas del Clan del Golfo o sus bandas tercerizadas, su real importancia radica en que se convierten en un instrumento de control social.

En tercer lugar, está el reclutamiento para incorporar a la fuerza gente a sus filas, a sus dispositivos de coacción y a sus redes de vigilancia e inteligencia. El quinto aspecto tiene que ver con denuncias sobre patrullajes nocturnos por hombres que visten prendas restringidas y exhiben armas de largo y corto alcance en los barrios periféricos de la cabecera municipal.

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En quinto lugar, existe un silencioso, pero intensa acción violenta y ofrecimientos de diferente tipo, dirigido a líderes sociales, principalmente dignatarios de las JAC de algunos barrios, con el que buscan, además de hacerse a una base social, ir perfilando aliados para que ocupen cargos de elección popular.