
En un giro histórico para la política colombiana, el expresidente Álvaro Uribe Vélez fue declarado culpable este lunes 28 de julio por los delitos de soborno a testigos y fraude procesal, en un fallo emitido por la jueza Sandra Liliana Heredia, de la Penal 44 de Bogotá.
(Vea también: “Tristeza y dolor”: Centro Democrático anunció próximo paso de Uribe tras fallo en su contra)
Esta decisión marca la primera vez que un exmandatario colombiano enfrenta una condena penal de esta magnitud, abriendo un debate nacional sobre justicia, poder y el legado de uno de los líderes más influyentes del país en las últimas dos décadas.




Al respecto, Tomás Uribe, hijo del expresidente, se pronunció por medio de un contundente comunicado en el que calificó el fallo como un “asalto de la narco guerrilla” a la democracia colombiana, denunciando lo que considera una persecución política contra su padre.
En su declaración, publicada en su cuenta de X, Tomás Uribe expresó: “Álvaro Uribe, líder de la oposición democrática en Colombia, fue declarado culpable de sobornar a dos convictos para declarar en contra de Iván Cepeda, el jefe político de las Farc”.
Acto seguido, el hijo del exmandatario se refirió a la fiscal del caso, a quien le tiró un dardo por lo que solicitó en la audiencia.
“La fiscal, elegida por Petro, pidió 10 años de cárcel y 2.000 millones de indemnización. Mientras tanto, los jefes de Farc, y Petro, exguerrillero del ‘M19′, celebran desde el poder sin haber pagado un día de cárcel a la par que reciben sueldo del estado”, indicó Tomás Uribe en su escrito.
Acá, el comunicado del hijo de Álvaro Uribe:
La narco guerrilla que hoy ostenta el poder en Colombia busca eliminar a la oposición democrática. No dejaremos. pic.twitter.com/iNEungS4u4
— Tomas Uribe Moreno (@tomasuribeEco) July 29, 2025
Estas palabras reflejan el tono de indignación y la narrativa de victimización que ha adoptado el entorno de Uribe, señalando al actual gobierno de Gustavo Petro y a figuras como el senador Iván Cepeda como arquitectos de una supuesta maniobra para neutralizar al líder del Centro Democrático.
Tomás Uribe también cuestionó la celeridad con la que la jueza Heredia elaboró la sentencia, afirmando que “logró escribir una sentencia de ‘mil páginas’ en el tiempo récord de dos semanas”.
Este comentario apunta a sembrar dudas sobre la rigurosidad del proceso, sugiriendo que el fallo podría estar influenciado por motivaciones políticas más que por pruebas sólidas; la defensa de Álvaro Uribe ha insistido en que el proceso estuvo plagado de irregularidades, incluyendo la aceptación de interceptaciones telefónicas obtenidas de manera cuestionable y una supuesta parcialidad de la jueza.
El hijo del expresidente no se limitó a criticar el fallo, sino que hizo un llamado a la academia y a la sociedad civil para que analicen el caso en profundidad.
“Pido a los profesores y estudiosos del derecho, amigos, independientes o detractores, debatir el caso, visibilizar las pruebas y repasar los videos de las audiencias. La verdad siempre triunfa”, se lee en el comunicado.
El mensaje de Tomás Uribe concluye con una nota de resistencia: “Hoy ganaron las Farc y sus amigos. La batalla no ha terminado”.
Esta declaración subraya la intención de la familia Uribe y del Centro Democrático de apelar el fallo ante el Tribunal Superior de Bogotá, con la esperanza de revertir la condena o, al menos, prolongar el proceso hasta que pueda prescribir, como podría ocurrir si no hay una segunda decisión antes del 16 de octubre de 2025.
Cómo empezó el caso de Álvaro Uribe
El contexto del fallo es crucial para entender la postura de Tomás Uribe. El caso se originó en 2012, cuando Álvaro Uribe denunció a Iván Cepeda por supuestamente manipular testigos para vincularlo con el paramilitarismo.
Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia desestimó la acusación contra Cepeda y, en un giro inesperado, abrió una investigación contra Uribe por los mismos delitos que él imputaba.
La jueza Heredia, después de un juicio que duró varios meses y contó con más de 90 testimonios, determinó que Uribe, a través de su abogado Diego Cadena, ofreció beneficios a exparamilitares como Monsalve para que cambiaran sus declaraciones a su favor y en contra de Cepeda.
A medida que se acerca la lectura de la sentencia el próximo 1 de agosto, donde se definirá la pena que enfrentará Uribe, el país permanece en vilo. La condena, aunque histórica, no cierra el capítulo de una de las batallas judiciales y políticas más significativas de la historia reciente de Colombia.
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