El uniformado hacía parte de la Policía Metropolitana de Tunja, y el crimen se registró en esa ciudad a comienzos de este año.

Según la Fiscalía, un grupo de la Sijín identificó a las tres mujeres, dos de ellas extranjeras, que el día de los hechos estuvieron con la víctima y tres hombres más consumiendo bebidas alcohólicas en un establecimiento.

Pasadas las 2:30 de la mañana todos se fueron a un apartahotel en la vía Tunja–Paipa, en jurisdicción del municipio de Cómbita (Boyacá). Sobre las 4:30 de la mañana las mujeres abandonaron el lugar.

4 horas después, un empleado del lugar que recorría el estacionamiento encontró el cuerpo del patrullero de 31 años en su vehículo. Luego fue a la habitación que el grupo reservó y encontró a los tres acompañantes somnolientos.

Los exámenes toxicológicos arrojaron que Malaver y sus acompañantes ingirieron una combinación de bebidas energizantes con medicamentos psiquiátricos, presuntamente proporcionada por sus victimarias para doparlos y robarlos.

Las mujeres se llevaron pertenencias avaluadas en 15 millones de pesos, entre joyas, dinero, teléfonos celulares y otros elementos. De acuerdo con el dictamen del Instituto Nacional de Medicina Legal, el deceso del patrullero se produjo por la ingesta de esas sustancias.

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Los otros tres hombres, que sobrevivieron al coctel de drogas, condujeron a las autoridades a un local en Duitama, donde trabajaba de manera informal una de las mujeres.

Otra trabajaba ofreciendo servicios sexuales a través de una página web. De ella, los investigadores obtuvieron un número de teléfono que luego interceptaron. De las llamadas y mensajes dedujeron lo que sería el modo de operación de estas mujeres para hurtar a los hombres que solicitaban sus servicios sexuales o de acompañamiento en Boyacá y Cundinamarca.

Los especialistas hicieron el cotejo morfológico de los retratos hablados con los que contaban y las imágenes de cámaras de seguridad que ubicaban a las mujeres con los cuatro hombres en enero de 2020, antes del deceso del uniformado.

De esta forma identificaron a Ingrid Julieth Prieto Arguello y Marilyn Dayanara Moncada Duarte, capturadas en vía pública del municipio de Ubaté (Cundinamarca), y a la adolescente, que fue aprehendida en Zipaquirá, en el mismo departamento.

La Fiscalía logró la judicialización de las imputadas de 21, 29 y 17 años y las presentó ante un juez de control de garantías. Las dos adultas fueron cobijadas con medida de aseguramiento en establecimiento carcelario, luego de que se les imputaron los delitos de homicidio doloso, en concurso con hurto calificado y agravado concierto para delinquir.

Por su parte, un juzgado penal para adolescentes con función de control de garantías le impuso medida de internamiento preventivo a la menor en un centro especializado, tras su judicialización por las mismas conductas.