Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Oct 22, 2025 - 5:54 am
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La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) ha comunicado avances significativos en la implementación del proyecto Río Blanco, el cual ya ha alcanzado un 70% de progreso en su ejecución. Esta iniciativa, que se prevé estará concluida a comienzos del año 2026, contempla la construcción y puesta en funcionamiento de nuevas estructuras de captación —o bocatomas— sobre las quebradas Peñas Blancas, Charrascales, Chocolatal, Calostros, El Mangón y Barro–Plumaraña. Todas estas fuentes de agua se localizan dentro del Páramo de Chingaza, un ecosistema crucial para el suministro hídrico de Bogotá.

De acuerdo con lo señalado por Natasha Avendaño, gerente de la EAAB, el principal objetivo de estas obras reside en adecuar técnicamente las captaciones de las quebradas mencionadas. Estas, en conjunto, aportan un promedio de 600 litros por segundo al sistema, lo cual representa un refuerzo importante para la seguridad hídrica de Bogotá, especialmente en periodos de sequía que suelen afectar la disponibilidad del recurso.

La inversión destinada a este proyecto asciende a 30.832 millones de pesos colombianos. Además de las bocatomas, el plan incluye la modernización de la línea de conducción que lleva el agua hacia el pozo número uno del sistema Ventana, infraestructura localizada en los túneles de Chingaza. Se contemplan también obras para estabilizar la vía de acceso, así como la instalación de una línea eléctrica de 11,4 kilovoltios y una red de fibra óptica. Este último componente permitirá mejorar el monitoreo y automatización de los sistemas de captación y distribución del agua.

El desarrollo del proyecto ha sido analizado desde diferentes perspectivas técnicas y ambientales. Martha Melizza Ordoñez Diaz, directora del programa de Ingeniería Ambiental de Uniagraria, ha subrayado la importancia de realizar un estudio exhaustivo sobre las nuevas obras de captación. Ordoñez advierte que un diseño inadecuado podría repercutir negativamente en el ecosistema, provocando disminuciones en el caudal ecológico, afectaciones al hábitat natural e incluso una menor recarga de humedales. La experta enfatiza que la preservación del entorno debería ser prioritaria, y recalca además la importancia de fomentar una cultura de reducción del consumo hídrico.

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Según información divulgada por la EAAB, con la finalización del proyecto Río Blanco se espera que se logre alcanzar los caudales concesionados para el subsistema homónimo, equivalentes a 1,04 metros cúbicos por segundo. Este fortalecimiento en la capacidad de abastecimiento será fundamental para responder a la creciente demanda y a los desafíos ambientales que enfrenta la ciudad.

¿Cuál es el impacto de la captación en los ecosistemas de páramo?

La captación de aguas en los páramos, como el de Chingaza, ha suscitado debates entre especialistas y autoridades debido a la sensibilidad ecológica de estos territorios. Las obras, si no se diseñan y ejecutan con rigurosidad técnica, pueden alterar el caudal natural de las quebradas, reduciendo el agua disponible para los ecosistemas y afectando a especies que dependen de estas fuentes.

Por este motivo, resulta esencial que cada intervención sea analizada minuciosamente, considerando no solo la garantía del recurso hídrico para la población, sino también la conservación de los servicios ambientales que ofrece el páramo. Estas discusiones son relevantes en el contexto actual de cambio climático y aumento de la demanda de agua en las grandes ciudades.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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