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Lanzamiento del Museo Virtual de Arte Urbano y Grafiti Diego Felipe Becerra Lizarazo en Bogotá
El reciente lanzamiento del Museo Virtual de Arte Urbano y Grafiti Diego Felipe Becerra Lizarazo marca un antes y un después en la historia cultural de Bogotá y de Colombia. Impulsado por la Alcaldía Mayor de Bogotá, la Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte, el Instituto Distrital de las Artes (Idartes) y el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), este museo digital busca honrar la memoria de Diego Felipe Becerra Lizarazo, joven grafitero cuyo asesinato en 2011 provocó un cambio de paradigma en la valoración del arte urbano en la ciudad. Según la fuente oficial, la plataforma surge como mecanismo de homenaje, memoria y futuro para el grafiti y el arte urbano en Bogotá.
Históricamente, el grafiti ha estado ligado a movimientos sociales, acciones de contrapoder y expresiones de jóvenes que encuentran en el espacio público un lienzo para dar voz a lo invisible. En Bogotá, estas expresiones pasaron de la marginalidad al reconocimiento gracias a la labor de artistas y académicos, quienes han demostrado que el grafiti cumple una importante función como medio de comunicación comunitaria y vehículo de resistencia. De acuerdo con investigaciones de la Universidad Nacional de Colombia y el Observatorio del Patrimonio Cultural Urbano (2023), estas manifestaciones resultan cruciales para entender dinámicas políticas y sociales en el entorno urbano, reflejando el pulso de colectivos históricamente silenciados.
La creación de este museo virtual es relevante porque permite preservar y difundir expresiones artísticas que, por su naturaleza efímera y exposición a la ilegalidad, suelen desvanecerse con el tiempo. El archivo digital, enriquecido mediante una aplicación de realidad virtual (VR), supone un acceso más democrático y dinámico para todo tipo de públicos. Según la Smithsonian Institution (2024), estas herramientas tecnológicas en museos contemporáneos facilitan la empatía y la comprensión de las historias detrás de las obras, y representan una tendencia de vanguardia a nivel global.
La iniciativa se encuentra respaldada por el Acuerdo 907 de 2023, que institucionaliza el grafiti como una expresión artística legítima y fomenta su práctica responsable. Este marco normativo fue el resultado del trabajo conjunto entre el Concejo de Bogotá, entidades culturales y de seguridad, promoviendo la protección de los artistas urbanos y combatiendo la estigmatización. La colaboración multisectorial demuestra el compromiso que las autoridades locales han asumido para garantizar la convivencia y la valoración positiva del arte público, resaltando la importancia de entender el grafiti no solo como manifestación estética, sino también como derecho cultural.




El asesinato de Diego Felipe Becerra en 2011, ampliamente reportado por medios como El Espectador, abrió un debate sobre los límites de la expresión artística en el espacio público, y sobre los riesgos que enfrentan los creadores urbanos. Este caso trágico fue determinante para impulsar políticas integrales que protegieran a los grafiteros y reconocieran su papel en la construcción de identidad y memoria urbana. La existencia misma del museo digital es señal de que estas reivindicaciones han empezado a materializarse desde las instituciones.
La inauguración presenta, además, el cortometraje animado “Trípido, la memoria a través del arte urbano”, enfatizando cómo el arte puede transformar el dolor y la injusticia en relatos de resistencia social. La función del museo trasciende el ámbito del homenaje: busca mantener vigente una plataforma crítica y contemporánea, apoyando la transformación de las tragedias individuales en procesos colectivos de creación y memoria.
A nivel internacional, ciudades como Nueva York, Berlín y Melbourne han institucionalizado el arte urbano como motor para fortalecer el tejido social y dinamizar espacios públicos, como consta en el Informe Global de Arte Urbano de la UNESCO (2023). El museo virtual de Bogotá se alinea con esta tendencia, renovando el compromiso de la ciudad por articular políticas culturales innovadoras, inclusión comunitaria y promoción de la cultura digital.
Este proyecto, finalmente, apuesta por la participación y dinamización continua, animando a artistas y ciudadanos a contribuir de manera abierta a la colección. En línea con las políticas de gestión cultural digital señaladas por Secretaría Distrital de Cultura, la propuesta propicia el diálogo y la creación colectiva desde el entorno virtual y el espacio urbano.
Preguntas frecuentes relacionadas
¿Cómo funciona una aplicación de realidad virtual en un museo digital de grafiti?
Las aplicaciones de realidad virtual permiten a los usuarios experimentar el museo sin estar físicamente presentes, accediendo a recorridos inmersivos y a detalles de las obras en alta resolución. Esta tecnología recrea ambientes tridimensionales donde el público puede “caminar” por murales, escuchar testimonios o interactuar con contenidos educativos. Su inclusión facilita la experiencia cultural para poblaciones diversas y rompe barreras de acceso físico.
Además, la realidad virtual fortalece el proceso educativo y fomenta un entendimiento más profundo del contexto de las obras. Al hacerlo, contribuye a la preservación de expresiones efímeras y refuerza la memoria colectiva, elemento vital para el arte urbano y su reconocimiento institucional.
¿Por qué es importante institucionalizar el grafiti como derecho cultural?
Reconocer el grafiti como derecho cultural significa proteger la libre expresión creativa en el espacio público bajo marcos legales que ofrecen garantías y evitan la criminalización injusta de los artistas. Esta institucionalización, como señala el Acuerdo 907 de 2023, promueve la convivencia y el respeto mutuo entre diferentes sectores sociales, transformando los conflictos urbanos en oportunidades de diálogo.
Asimismo, la institucionalización es clave para legitimar prácticas que fortalecen la identidad colectiva y la memoria de las comunidades, favoreciendo el desarrollo de políticas públicas que aseguren soporte, protección y difusión del arte urbano dentro de una ciudad diversa como Bogotá.
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