
Muchos ciudadanos que residen o visitan la capital se han preguntado en algún momento cuál fue el primer ascensor en Bogotá. La respuesta, aunque es poco conocida, impresiona a aquellos que la conocen, ya que funcionó en una edificación bastante antigua y que, hasta hoy, continúa en pie a pesar del paso del tiempo y de los descuidos.
Justamente, este elevador operó en el primer edificio más alto de la ciudad, el cual se construyó hace más de 100 años y que se ubica en la calle 13 con carrera 17. Esta información permite entender que esta construcción, en su momento, fue una obra vanguardista y que estuvo a la altura de distintas construcciones de Latinoamérica. Lamentablemente, su historia se ha ido olvidando de una manera paulatina.
El primer ascensor que tuvo Bogotá se ubicó en el edificio Manuel M. Peraza (localidad de Los Mártires). De hecho, se sabe que también fue el primer rascacielos de la capital, porque tuvo una elevación de 7 pisos y fue erigido en 1921, de acuerdo con la información de Visit Bogotá en YouTube.




Esta construcción, que lleva el nombre de un reconocido comerciante de la época, sirvió como hotel para las personas que usaban el tren de la Sabana, convirtiéndose en una edificación de lujo. Fue diseñado por el arquitecto Pablo de la Cruz y construido por Ángel María Rodríguez.
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En 1988, el edificio fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) del ámbito nacional, reconociendo su valor histórico y arquitectónico. Además, en 2001, fue catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) distrital, lo que ha permitido su conservación y protección frente a posibles transformaciones urbanísticas, resaltó el portal Exytures.
¿Cuál fue el primer edificio de Bogotá?
El Palacio de San Carlos, erigido en 1580, ostenta el título de ser el edificio más antiguo de Bogotá, según registros de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de la ciudad. Su construcción, que comenzó a finales del siglo dieciséis, lo convierte en un testigo silencioso de la fundación y el crecimiento de la capital colombiana. Originalmente, sirvió como sede del Colegio Seminario de San Bartolomé, una institución educativa jesuita de gran importancia en la época. A lo largo de los siglos, este edificio ha sido escenario de incontables eventos históricos, reflejando su papel central en el desarrollo político y social del país.
Ubicado en el corazón del centro histórico, ha albergado desde residencias de figuras prominentes hasta instituciones gubernamentales clave. Su legado como primer edificio de Bogotá le confiere una importancia singular, no solo por su antigüedad, sino por su capacidad de narrar, a través de sus muros, las múltiples transformaciones que la ciudad ha experimentado a lo largo de más de cuatrocientos años.
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