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La crisis que atraviesan los tenderos de Bogotá se ha hecho evidente por la caída de casi el 50 % de las ventas en más del 80 % de estos pequeños comercios a lo largo del último año, según los datos divulgados en recientes sondeos y respaldados por Fenalco. Este fenómeno afecta de manera directa la sostenibilidad de un sector tradicional, que por décadas ha sido fundamental para la vida económica y social en los barrios de la ciudad. Lo que a primera vista parece la dificultad de un grupo reducido de comerciantes, en realidad forma parte de una crisis sistémica cuyas causas abarcan transformaciones profundas en el mercado minorista y en los hábitos de consumo de los bogotanos.
Al enfrentar este escenario, la Secretaría de Desarrollo Económico de Bogotá impulsó la estrategia denominada ‘Evolución Productiva’. Este programa, diseñado para fortalecer el tejido empresarial más vulnerable, ha entregado hasta el momento recursos materiales —como tablets, máquinas registradoras y bicicletas para entregas a domicilio— a 63 tenderos y transformadores de alimentos, aunque espera atender a 1.300 personas en el corto plazo. No obstante, su alcance no es solo instrumental, sino que abarca formación y asistencia técnica para mejorar las capacidades de los negocios, promover la formalización y dinamizar el desarrollo en los barrios, todo ello con un acompañamiento directo, según afirmó Carolina Chica Builes, directora de Economía Rural y Abastecimiento Alimentario.
Estudios desarrollados por Fenalco sobre una muestra de 500 tenderos a nivel nacional confirman que esta tendencia negativa responde a factores como la expansión de grandes superficies, el aumento de la informalidad, la presión de impuestos a productos esenciales y el cambio en los patrones de compra. En muchas zonas, comerciantes tradicionales se han visto desplazados por la competencia digital y las cadenas de supermercados, especialmente en estratos bajos donde su función solía ser principal. Este escenario transforma la relevancia de los comercios de barrio y exige su reinvención.
Frente a ello, la meta de la administración distrital es fortalecer a 5.000 actores de la cadena de abastecimiento hacia 2027, articulando herramientas formativas en mercadeo, sanidad, vitrinas, inclusión financiera y comercio electrónico, áreas en las que existen brechas del sector. Tales acciones buscan no solo revertir la crisis, sino sentar bases firmes para la seguridad alimentaria y la formalización empresarial, condiciones esenciales para el desarrollo económico sostenible de la ciudad.




Adicionalmente, las experiencias recogidas en otras ciudades latinoamericanas demuestran, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que las estrategias integrales —combinando incentivos económicos, capacitación constante y acceso a herramientas digitales— ofrecen resultados positivos para la productividad y supervivencia de las microempresas minoristas. El Observatorio Económico de Bogotá, por su parte, destaca que aunque estas empresas representan el 85 % del tejido empresarial, persisten desafíos ligados a la informalidad y la escasa adopción tecnológica, dificultades que la estrategia ‘Evolución Productiva’ busca enfrentar de forma estructural.
En suma, la crisis de los tenderos en Bogotá representa el reto de transformar el comercio de proximidad mediante políticas públicas innovadoras, que integren la respuesta inmediata con la construcción de capacidades a mediano y largo plazo. La efectividad de ‘Evolución Productiva’ dependerá de la continuidad del acompañamiento institucional y la adaptación de los pequeños negocios a las nuevas dinámicas del mercado, cuestiones destacadas tanto por voces expertas como por organismos internacionales como el BID.
¿Qué significa formalización empresarial y por qué es importante para los tenderos? La formalización empresarial se refiere al proceso mediante el cual los negocios se registran oficialmente y cumplen con las normativas legales y tributarias establecidas. En el contexto de los tenderos de Bogotá, este aspecto es clave porque facilita el acceso a programas de apoyo, financiamiento y capacitación ofrecidos por el Estado y otras entidades. Además, la formalización ayuda a garantizar derechos laborales, acceso a seguridad social y protección ante eventuales crisis económicas, permitiendo que los comercios de barrio fortalezcan su permanencia y su contribución a la economía local.
¿Cómo afecta la competencia digital a los tenderos tradicionales? La competencia digital, caracterizada por el crecimiento de plataformas de venta en línea y aplicaciones de domicilios, ha modificado las formas de consumo y reducido la frecuencia de compra en tiendas de barrio. Esto representa un reto para los tenderos, quienes enfrentan la necesidad de innovar sus servicios y adaptarse tecnológicamente para no perder clientela frente a la conveniencia y el alcance de las nuevas opciones digitales. Implementar herramientas tecnológicas, como pagos electrónicos y domicilios por aplicaciones, es una de las estrategias promovidas en programas como ‘Evolución Productiva’ para enfrentar este desafío.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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