El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.
La reciente investigación, publicada por El Espectador el 12 de marzo de 2023, aborda la compleja situación de la contaminación del aire en Bogotá. Según datos recopilados por la Secretaría de Ambiente, la capital colombiana enfrenta serios problemas debido a la concentración de material particulado, especialmente en zonas como Kennedy y Bosa. La calidad del aire de estas localidades se ha visto afectada principalmente por la alta circulación de vehículos de carga y buses de transporte público, los cuales funcionan, en su mayoría, con combustibles diésel que emiten partículas contaminantes a la atmósfera.
De acuerdo con la investigación, la problemática no es reciente, sino que se ha agravado en la última década. El artículo señala que durante los episodios críticos registrados en 2022, los niveles de material particulado PM 2.5 –partículas microscópicas de menos de 2.5 micras de diámetro– superaron los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece una concentración máxima de 15 microgramos por metro cúbico. En ciertas estaciones de monitoreo de la ciudad, los valores alcanzaron hasta 40 microgramos por metro cúbico, lo que evidencia un riesgo para la salud de la población.
El Espectador destaca que la autoridad ambiental ha puesto en marcha operativos de control y campañas de sensibilización dirigidas a transportadores y empresas. Además, se avanza en la implementación de soluciones como el uso progresivo de buses eléctricos, una medida que forma parte del plan local de movilidad sostenible. Sin embargo, expertos consultados por el medio advierten que la transición será lenta si no se suma el trabajo articulado con otras regiones, ya que el fenómeno de inversión térmica y los vientos que vienen de Cundinamarca contribuyen a empeorar la calidad del aire en la capital.
La situación resulta especialmente preocupante para los grupos más vulnerables. Como menciona el artículo de El Espectador, infantes y adultos mayores son quienes más sufren las consecuencias de la exposición prolongada, presentando un incremento de las enfermedades respiratorias durante los picos de contaminación. Por esta razón, entidades de salud han recomendado a la ciudadanía reducir las actividades al aire libre en los días de alerta ambiental, así como el uso de tapabocas en espacios abiertos.




El informe subraya la necesidad de mantener campañas informativas y fortalecer los sistemas de vigilancia de la calidad del aire. Coincidiendo con la opinión de varios expertos citados en el artículo, el reto de Bogotá no solo implica modernizar la flota de transporte, sino también mejorar la educación ambiental de sus habitantes para lograr cambios duraderos. Solo mediante una intervención integral y sostenida será posible disminuir los altos índices de polución que afectan, año tras año, a la capital colombiana.
¿Qué significa PM 2.5 y por qué es tan importante para la salud?
PM 2.5 es una abreviatura para "partículas microscópicas de menos de 2.5 micras de diámetro". Según el artículo de El Espectador, estas partículas pueden ingresar fácilmente al sistema respiratorio y alcanzar los pulmones, representando una amenaza seria para la salud. Su pequeño tamaño facilita que permanezcan suspendidas en el aire durante mucho tiempo, incrementando su probabilidad de ser inhaladas por las personas.
La relevancia del PM 2.5 radica en su capacidad de provocar enfermedades respiratorias y cardiovasculares, especialmente en niños, adultos mayores y personas con afecciones previas. Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido límites estrictos para su concentración en el ambiente, recomendando planes de acción inmediata cuando los niveles superan lo permitido.
¿Cuáles son las zonas más afectadas por la contaminación del aire en Bogotá?
El artículo indica que las localidades de Kennedy y Bosa son las más impactadas por la mala calidad del aire. Esto se debe, principalmente, a la alta presencia de vehículos de carga y buses que utilizan combustibles fósiles, los cuales emiten grandes cantidades de material particulado. La Secretaría de Ambiente ha identificado estas áreas como puntos críticos de contaminación, lo que se refleja en los datos obtenidos por las estaciones de monitoreo atmosférico.
La identificación de estas zonas permite a las autoridades focalizar las acciones de control y prevención, además de orientar campañas de información que buscan proteger a la población más expuesta. Sin embargo, los expertos citados resaltan la importancia de un enfoque regional y coordinado para abordar de manera efectiva esta problemática ambiental, cuyos efectos no se limitan únicamente a las localidades señaladas.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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