La desaparición y posterior hallazgo sin vida de Carlos Emilio Mesa, un ciclista aficionado de 59 años oriundo de Bogotá, ha conmocionado a su familia y a la comunidad de Sasaima, Cundinamarca, y ha dejado más preguntas que respuestas. El 26 de abril de 2025, como era su costumbre desde hace décadas, Mesa salió temprano en la mañana desde su vivienda en el barrio Casandra, en Fontibón, con el objetivo de realizar una ruta ciclística hacia un municipio cercano. Sin embargo, ese día el destino tomó un giro inesperado que terminaría en una tragedia y el inicio de una compleja búsqueda por parte de sus seres queridos.
Según lo narrado en entrevista con El Tiempo por Tatiana Mesa, hija de la víctima, la rutina de su padre incluía salir antes del amanecer y regresar cerca del mediodía; además, solía informar a su familia sobre su ruta seleccionada. Esta vez, la comunicación se limitó a una llamada breve, poco antes de las 7:00 a. m., en la que reportó haber llegado a su destino y mencionó que iba a desayunar en un clima cálido, mientras se preparaba para retomar el camino.
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“Por cosas de la vida, en esta ocasión no nos dijo (a dónde iba o dónde estaba) o mi mami no recuerda que le haya contado. En la llamada que le hizo solamente le dijo: ‘Ya llegué, voy a desayunar’. Mi mamá le preguntó si estaba haciendo frío y él dijo: ‘No, aquí realmente hace como calorcito, pero se quiere poner a llover’. Y le dijo que iba a empezar a subir”, relató Tatiana en el medio mencionado.
Con el paso de las horas y sin noticias de él, la familia inició una intensa búsqueda en hospitales y estaciones de Policía de diferentes municipios, desesperados ante la ausencia de señas y sin rastros de su paradero. El último registro certero fue la llamada cuyo soporte técnico, gestionado por las autoridades y el operador de su celular Claro, permitió ubicar su origen en Sasaima. A partir de este dato, los familiares orientaron el rastreo hacia ese municipio, revisaron cámaras de seguridad y recopilaron testimonios en restaurantes y la vía principal, lo que permitió reconstruir parte del recorrido de Mesa.
Imágenes de las cámaras de seguridad mostraron a Carlos Mesa entrando a Sasaima y desayunando en un establecimiento de la zona. Posteriormente, se le ve a bordo de su bicicleta blanca, retornando hacia Bogotá. Sin embargo, en una de las grabaciones quedó evidenciado que el ciclista seguía la ruta Sasaima-Albán; después, simplemente desapareció de todas las cámaras y su rastro se perdió en un tramo de la carretera.
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Tras seis días de búsqueda sin descanso, el cuerpo de Carlos Emilio Mesa fue hallado el 2 de mayo en una zona boscosa cercana a la vía Sasaima-Albán, al lado opuesto de la carretera por donde regresaba. El cuerpo presentaba golpes en el rostro y cuello, y dentro de sus pertenencias se encontraba su celular con la pantalla rota, documentos y objetos personales, aunque su bicicleta nunca fue encontrada. Este hecho incrementó las hipótesis tanto de un posible robo como de otras circunstancias menos claras, como atropello o una caída, sin embargo, la familia considera que hay inconsistencias que dificultan una conclusión inmediata.
El informe forense aún está pendiente. Por ahora, la Fiscalía maneja la hipótesis de homicidio, mientras la familia mantiene la esperanza de que surjan datos ciertos que permitan esclarecer lo ocurrido. En entrevistas concedidas a El Tiempo, también han solicitado la colaboración de la comunidad de Sasaima para aportar información relevante.
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