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En una declaración ante la Asamblea Departamental del Cesar, Yuli Vargas narró cómo su hijo de 15 años fue llevado con engaños hasta la ciudad de Bogotá a pedir dinero. La madre fue invitada por el diputado Raúl Romero, quien pidió a las autoridades actuar con celeridad.
Al parecer, una red busca a niños de entre 10 y 15 años que visitan con frecuencia el balneario Hurtado de Valledupar para llevarlos a otras ciudades a pedir dinero. Vargas trabaja en este concurrido sector.
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Según su denuncia, personas inescrupulosas se estarían aprovechando de la vulnerabilidad y necesidad de los niños para convencerlos con engaños de abandonar Valledupar y trasladarse hasta la capital colombiana para pedir dinero porque supuestamente les irá mejor.
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Historia
Yuli Vargas vio a su hijo por última vez el pasado viernes 19 de julio. El sábado 20 de julio, preocupada porque no se reportaba, avisó a la Policía de Infancia y Adolescencia. El domingo 21 de julio, pasadas las 6:00 de la tarde, su hijo la llamó para informarle que supuestamente estaba bien y que se encontraba en Bogotá. “Me dice: ‘Mami, no te preocupes. Estoy bien. Estoy en Bogotá, me vine muleando’. Esto se lo informo a la Policía y me dicen que como se reportó ya no está desaparecido”, sostuvo la madre.
El adolescente le pidió a su madre que no se preocupara, que estaba pidiendo dinero y que pronto le enviaría recursos. “En la llamada dice: ‘Aquí unos zapatos los venden hasta 1.000 pesos. Ya nosotros estuvimos recogiendo plata y pagamos una semana de pieza a una persona, y vamos a volver a pedir para la comida’. Ahí vuelve y cuelga la llamada”, sostuvo la madre.
Una comisión de dinero
Junto a su hijo, viajaron otros 3 niños de entre 9 y 13 años. El menor de 9 años fue abandonado en Aguachica porque no pudo subirse a una mula. Los tres que llegaron a Bogotá están pidiendo en la localidad de Patio Bonito. Al parecer, quienes los convencieron de viajar les piden una comisión diaria y les arriendan una pieza y venden la comida.
“Estoy super estresada porque vuelven a Valledupar, conquistan a otros niños y se los llevan”. Aprovechándose de su dolor como madre, extorsionadores la han llamado para pedirle dinero a cambio de entregarle a su hijo. “Me llamaron a extorsionar a decirme qué tanto valía la vida de mi hijo, qué tanto estaba dispuesta a dar”.
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