Videos publicados en redes sociales dejan ver que los estudiantes quedaron en medio de las ráfagas y tuvieron que refugiarse junto a los muros de su salón de clases.

Las imágenes son sobrecogedoras. Los menores de edad estaban formados en fila, acurrucados y con los pupitres frente a ellos para usarlos como escudo ante las balas del ataque en Toribío.

El adulto que estaba con ellos, posiblemente su profesor, les pedía que se mantuvieran pegados a la pared para salvar su vida.

Otra imagen tomada de esos momentos mostraba tendidos a más niños. La finalidad era la misma: evitar las balas de la violencia.

Si bien no se han conocido reportes de niños lesionados, RCN Radio informó que un adulto resultó herido por una bala perdida.

El ciudadano es un adulto mayor, identificado como Jaime Laverde. La frecuencia señala que es un comunero indígena residente en el casco urbano de esa población.

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Luis Cornelio Angulo, secretario de Gobierno del Cauca, pidió en Noticias Caracol rechazar esos actos de violencia. A esa voz se sumó la de monseñor Alberto Sánchez, arzobispo de Popayán, que acusó a los autores de los disparos de burlarse de los que defienden la vida.

La Policía del Cauca dijo que ese ataque fue una retaliación por los operativos que ha adelantado. El coronel Rosember Novoa, comandante de la Policía del Cauca, señaló que el autor fue el grupo Dagoberto Ramos.