Mientras el funcionario le decía insistentemente al imputado que lo mirara y le prestara atención, le aseguró que atacó primero a su mamá en su habitación mientras estaba durmiendo, y le produjo una herida de arma blanca.

Luego, aseguró que se desplazó hacia la habitación de Mauricio Leal :

“Oh, sorpresa, Jhonier, que con el mismo cuchillo que atacaste a tu señora madre, atacas a Mauricio Leal Hernández, con la mala fortuna que la hoja de ese cuchillo se quedó incrustada en el cuerpo de tu hermano para posteriormente, haces un recorrido largo hasta la cocina a traer otro cuchillo para generarle ciertas heridas e intimidarlo”.

Según el fiscal, esto último lo hizo con el objetivo de que escribiera la conocida carta, que se halló junto a los cuerpos, “pero con unos trazos mermados e insuficientes” para que le dejara su fortuna.

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Adicionalmente, el delegado afirmó que minutos antes la víctima había tomado un medicamento, lo que hacía físicamente imposible que él pudiera movilizarse hasta su cocina y traer el cuchillo para supuestamente quitarse la vida, tal como fue la primera hipótesis.

Jhonier Leal, dijo la Fiscalía, puso a su hermano en “un estado de indefensión flagrante dándole a ingerir más de nueve pastillas, utilizó sevicia realizándole varios golpes antes de introducirle el cuchillo”.

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Acto seguido, según el relato, Jhonier Leal decidió “modificar la escena” del crimen de su familia y trasladó el cuerpo de su mamá desde la habitación de ella hacia la de su hermano.

“Con la mala fortuna —y siempre lo he dicho: ‘No hay crimen perfecto’— que se encuentra, una mancha de sangre de su madre en el primer escalón a la salida de la habitación de Mauricio Leal. Y con la mala fortuna que se encuentra una toalla en tu habitación, que logramos recolectar con sangre, de una persona que tiene vínculo de consanguinidad con las dos víctimas”, explicó el fiscal.

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Pero no solo hallaron sangre allí, sino también en la habitación del indiciado y en la de la señora Marleny Hernández. En ese cuarto, también estaba el celular de ella, y “que fue manipulado cuando, según prueba técnica, ya había fallecido”.

La Fiscalía estableció en la audiencia que Jhonier Leal fue la única persona, aparte de las víctimas, que estuvo en esa casa la noche de los asesinatos entre las 11:00 de la noche y durante 12 horas, hasta que fueron hallados, infirieron que él efectuó ese “ocultamiento de materiales probatorios con el único fin de hacer parecer que se trataba de un suicidio”.

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Durante toda esa manipulación de la escena, Leal “utilizó guantes”  hacen parte de la evidencia con la que cuenta la Fiscalía, según se dijo en la diligencia judicial.

Por todo ello, se le calificó en la audiencia como “imputable” por dos delitos y el fiscal le dijo:

“Tú, a título de dolo, eres el autor de las conductas del doble homicidio en concurso con la conducta de alteración, ocultamiento o destrucción” de las evidencias.

Estos cargos podrían representarle de 208 a 400 meses de prisión; pero con la posibilidad de aumentar hasta los 600 meses por los agravantes que agrega el ente acusador por el vínculo familiar.

Más adelante en la diligencia, y luego de que el fiscal le expuso al indiciado que también podría tener rebajas de pena, le reiteró:

“Jhonier, no hay crimen perfecto; créeme, no hay crimen perfecto y así llegamos a determinar inferencialmente tu participación”.

Así se desarrolló la audiencia:

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