El noticiero CM& hizo un recorrido por las principales calles del barrio Santa Fe, en la localidad de Los Mártires (en el centro de Bogotá), para mostrar que aunque la ciudad atraviesa por una emergencia debido al segundo pico de la pandemia de COVID-19, hay quienes no acatan ni las mínimas recomendaciones de protección y autocuidado.

Las imágenes muestran que hay casas de lenocinio abiertas al público y que allí pululan las mujeres en los portones, que los clientes pasan o se detienen a mirar y que algunos de ellos no respetan las medidas, y hasta se ve a un policía que tampoco da ejemplo.

“Niñas, jóvenes, mayores e incluso mujeres transgénero, son ofrecidas por estos hombres vestidos de negro, o como les llaman en el común: los ‘Sayayines’”, advirtió el noticiero.

Imagen tomada de CM& Noticias

El medio consultó a la presidenta de la Asociación Colombiana de Salud Pública, Dionne Cruz, que dijo que hay que asegurarse de practicarles las pruebas de coronavirus a estas mujeres para detectar contagios, aislarlas a tiempo y suministrarles asistencia social y ayudas alimentarias.

“Igualmente, comprometer a propietarios y administradores donde se ejerce la prostitución a dotar a todas las personas de elementos de protección y bioseguridad: kits con preservativos y tapabocas”, dijo la funcionaria.

El informativo llamó la atención sobre que en la zona había presencia de patrullas y buses de la Policía, pero que “varios integrantes de la institución (estaban) sin tapabocas”.

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Casi al mismo tiempo que el noticiero pasaba el informe en vivo, la alcaldesa (e) de Los Mártires, Tatiana Piñeros, visitó la zona de tolerancia para liderar un “operativo de control y sensibilización” con las trabajadoras sexuales, y sus colaboradores entregaron tapabocas a las mujeres para que se protejan.

“La alcaldesa conversa con las trabajadoras sexuales del lugar para reiterarles la necesidad de acatar las medidas de salud, no solo para evitar cierres estrictos sino, también, por su propio cuidado”, informó la entidad en sus redes sociales.

En un informe que presentó Pulzo en junio pasado, tres mujeres contaron cómo era ejercer la prostitución en tiempos de pandemia, y coincidieron en que hay clientes “chistosos”:

“Llegan con unas máscaras que parecen de la peste negra, y una cuestión así súper exagerada, pero llegan a pedirte cosas donde tienes que tener más contacto” como el sexo oral, dijo una de ellas.

Les da rabia que uno les diga que se laven las manos, no les gusta que uno los llene de alcohol. Entonces, toca como con los niños: hacer el ejemplo y hacerles a ellos”, agregó otra.