Al menos esa es la percepción que comparten la periodista María Jimena Duzán y el economista Salomón Kalmanovitz, columnistas de Semana y El Espectador, respectivamente.

“La primera jugada habría sido la salida sorpresiva de José Antonio Ocampo de la Junta del Banco, quien fue reemplazado por un reconocido economista muy cercano a [Alberto] Carrasquilla”, comentó Duzán en el semanario.

Ese economista es Arturo Galindo “viejo colaborador de Carrasquilla como técnico bajo su mando cuando era jefe de investigaciones y subgerente técnico del Banco de la República en los años 90”, añadió Kalmanovitz, que fue el primero en decir que el ministro ya buscó su reemplazo en Hacienda para cuando se canse del cargo.

Se trata de Juan Pablo Zárate, que dejó la Junta del Banco de la República para ser el viceministro técnico de Duque y el posible sucesor de Carrasquilla. Según el columnista de El Espectador, detrás de todos esos cambios estaría la intención de controlar el Banco de la República, un objetivo que ha sido esquivo para Álvaro Uribe, pero que con Duque parece un objetivo realizable.

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En Colombia, se nos viene pierna arriba una enorme concentración de poder en manos de dos personas autoritarias como son el senador Álvaro Uribe y Alberto Carrasquilla”, agregó Kalmanovitz antes de afirmar en ese diario que “es particularmente grave que el Banco de la República quede bajo el control de un personaje que ha mostrado ser turbio en sus negocios privados e irresponsable en el manejo fiscal”.

Por su parte, la columnista de Semana afirma que el Centro Democrático podría tener a su favor 5 de los 7 votos que confirmarían a Alberto Carrasquilla como nuevo gerente del Banco de la República, aunque sus cálculos prevén que el ministro asumiría el cargo en 2020 y Kalmanovitz indica que esa noticia se produciría en 2021.