Por: LA CRONICA DEL QUINDIO

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Este artículo fue curado por pulzo   Oct 18, 2025 - 12:24 pm
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El fallecimiento de María Ester Loaiza de Durango en Circasia ha provocado una profunda consternación, no solo por la pérdida de una figura central en el tejido social de Quindío, sino porque revela fallas persistentes en la seguridad vial de municipios colombianos. Ocurrido el 17 de octubre a las 6:25 p.m., el accidente expuso los riesgos asociados con la expansión acelerada y el manejo inadecuado de las motocicletas en zonas urbanas de tamaño intermedio. La vida y labor de María Ester, conocida como “Estelita”, quedaron truncadas en un hecho que trasciende lo individual y que ahora enfrenta a la comunidad con el desafío de atender una problemática que va más allá de una tragedia específica y se repite con creciente frecuencia.

El contexto en el que sucedió la muerte de esta lideresa social es significativo. Según los reportes oficiales del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, aproximadamente el 60 % de los fallecimientos por accidentes de tránsito en ciudades colombianas involucran motocicletas. El peligro resulta especialmente claro en departamentos como Quindío, donde, conforme informó la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), la circulación descontrolada y la insuficiente aplicación de normas acentúan la vulnerabilidad de peatones y conductores.

El caso de Circasia adquiere especial relevancia por la dificultad que enfrenta la administración local para responder a un parque automotor que crece en ritmo y volumen sin que las políticas de tránsito y la infraestructura vial logren seguirle el paso. Documentos de la Universidad Nacional de Colombia en 2023 advierten que la migración urbana y la expansión del uso de motocicletas han sobrepasado las capacidades estructurales del municipio. Falta de señalización, cruces protegidos inadecuados y controles tecnológicos deficientes constituyen factores adicionales que generan espacios inseguros para la población.

Las repercusiones del accidente también se sienten en el plano institucional y social. Los llamados de la comunidad y de medios como El Tiempo y Semana presionan a las autoridades locales y nacionales a modificar el enfoque actual sobre la seguridad vial, promoviendo campañas de sensibilización, mayor presencia policial y una sanción efectiva a los infractores. Paralelamente, el trabajo forense realizado por el CTI y el Instituto Nacional de Medicina Legal en Pereira constituye una etapa clave para esclarecer responsabilidades y establecer recomendaciones preventivas para futuros casos de esta índole.

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En este contexto, la muerte de María Ester Loaiza de Durango pasa a ser un símbolo de la urgencia con la que deben actuar las autoridades para proteger a quienes caminan y circulan por municipios que, como Circasia, experimentan presiones urbanas crecientes sin contar con sistemas de movilidad y regulación tan robustos como los de las grandes ciudades. Honrar el legado de líderes comunitarios como “Estelita” implica no solo reclamar justicia, sino impulsar reformas y acciones concretas que brinden seguridad, orden y tranquilidad a todos los ciudadanos.

¿Qué medidas inmediatas pueden tomar los municipios pequeños para mejorar la seguridad vial?

La pregunta es relevante porque muchos municipios intermedios enfrentan dificultades logísticas y presupuestales para adaptar su infraestructura y estrategias de control. La implementación de señalización adecuada, el fortalecimiento de campañas de educación vial y la instalación de puntos de control policial en horarios estratégicos han sido señalados por la Agencia Nacional de Seguridad Vial como pasos clave en reportes recientes.

Al mismo tiempo, la coordinación interinstitucional y la consulta con expertos en movilidad pueden facilitar la adopción de medidas temporales que generen un cambio tangible, mientras se avanza hacia políticas a largo plazo. La comunidad espera respuestas rápidas, de manera especial tras hechos graves como el que conmocionó a Circasia, que permitan reducir el riesgo y restaurar la confianza en los sistemas de tránsito locales.

¿Cuál es el papel de la educación vial en la prevención de accidentes con motocicletas?

El aumento de siniestros viales vinculados a motociclistas ha puesto de manifiesto carencias educativas en la formación de quienes circulan por las ciudades. Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial, la promoción de talleres, charlas y campañas que expliquen la importancia del respeto por las normas es fundamental para modificar comportamientos y reducir cifras trágicas, como las mostradas en el caso de Circasia.

La educación vial no solo involucra a los conductores, sino también a peatones, autoridades y colegios, en un esfuerzo integral para crear conciencia y fomentar una cultura de respeto y responsabilidad en la movilidad urbana. Especialistas y autoridades coinciden en que sin una base educativa sólida, toda inversión en infraestructura o tecnología resulta insuficiente para prevenir accidentes y proteger a la comunidad.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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