Este jueves a las 9 de la mañana el presidente Gustavo Petro citó a una reunión al embajador en Venezuela, Armando Benedetti. No será en la Casa de Nariño, sino en una locación militar: la base aérea Catam. Y en la reunión se puede desatar una guerra por la información comprometedora que Benedetti tiene por haber sido el coordinador de la agenda en la campaña presidencial, según temen personas del círculo cercano de Petro que hablaron con la condición de no ser citadas.

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El motivo de la reunión es el escándalo que involucra a Benedetti con Laura Sarabia, su antigua secretaria privada y hoy jefa de despacho de Petro. El embajador es señalado de chantajear a Sarabia y de estar detrás de la denuncia que hizo su niñera en la revista Semana. Benedetti niega haber estado al tanto del caso y haber chantajeado a Sarabia, aunque reconoce que se enteró unos días antes de la publicación y que le dio “mucho placer”, como le dijo a Daniel Coronell.

Pero la disputa entre Benedetti y su antigua empleada (hoy mano derecha de Petro) es solo una pista de una pelea más profunda: la molestia de Benedetti con Petro con el rol secundario que le dio en el gobierno, con la embajada en Caracas, pese a haber sido su aliado tradicional más importante en campaña.

“Al presidente lo tienen chantajeado. Benedetti tiene información personal de él que consiguió en la campaña. Por eso Benedetti se siente tan seguro de que no le va a pasar nada”, le dijo a La Silla una fuente del círculo más cercano del presidente, que pidió no ser citada.

Su versión coincide con la de fuentes cercanas a Benedetti, que dijeron que él “tiene muchos datos cercanos a la financiación, a las perdidas que se pegaba Petro en campaña”. Sobre la financiación, La Silla publicó esta investigación en la que revela que Petro ocultó pagos de su megaoperación de testigos electorales.

Si este jueves Petro decide sacar a Benedetti del gobierno, algo que no descartan ni las fuentes cercanas a Petro ni las cercanas a Benedetti, el círculo de Petro teme que se arriesgue a desatar una guerra sucia con el que fue su mayor escudero en campaña.

Los temores del círculo de Gustavo Petro

El principal temor de los aliados de Petro es un video íntimo de Petro que aseguran que se grabó en Cartagena durante la campaña. Una fuente dio detalles del video que La Silla no pudo confirmar.

Según la fuente, que ha trabajado años con Petro, Benedetti también conoció el video, y fue encargado de asegurarse de que quien lo había grabado no lo publicara.

El embajador negó haber grabado o conocido algún video del estilo. “Son cuentos del estilo de Steven Spielberg”, le respondió Benedetti a La Silla.

Sin embargo, una fuente cercana al embajador confirmó que “él fue el que recogió los recursos de la campaña, el que organizó las reuniones, el que sabe todo lo que se hizo, también lo personal. Si lo botan se desata un verguero”.

En lo que coinciden tanto las fuentes cercanas al presidente como las cercanas a Benedetti es que este último estuvo al tanto de todos los detalles de la campaña.

La mayor diferencia entre la campaña de Petro de 2022 y todas las anteriores es que en la última se rodeó de personas que no habían sido cercanas a él. “La campaña estaba en un desorden completo porque no había quién manejara la agenda y se supiera mover con los empresarios y los políticos. Por eso buscamos a Benedetti. Pero lo que él hizo fue aislar al presidente y guardar toda la información a la que tuvo acceso”, dijo una fuente del círculo de más confianza del presidente.

En esos meses, Petro estuvo en varias ocasiones en el hotel 8010, en la zona rosa de Bogotá. Es el mismo en el que la familia de Benedetti ocupó un apartamento durante los meses de campaña y en el que la exniñera de Laura Sarabia estuvo involucrada en otro caso de posible robo. Petro tuvo una habitación en el mismo hotel durante la campaña, a la que no tuvieron acceso sus aliados más antiguos.

Ellos no tuvieron roles importantes en la campaña y casi ni acompañaron los recorridos de plaza pública en los que siempre estuvieron Benedetti y Sarabia. Esa ausencia, que en el círculo de Petro atribuyen a la acción de Benedetti, les impidió a los escuderos de toda la vida de Petro controlar información, sobre todo la personal, que en otras campañas manejaban.

Ese grupo de confianza de Petro siente que, de forma sutil, Benedetti les ha hecho saber que esa información es un arma que puede usar si se siente amenazado.

La molestia de Armando Benedetti

El 21 de junio de 2022, tres días después de que Petro ganó la presidencia, Armando Benedetti le dijo a La Silla que “yo quisiera ser ministro, siempre me ha gustado. Me gustaría acompañarlo en Palacio, estar cerca”.

Pero cuando llegó el momento de los nombramientos, Petro designó a Benedetti lejos: en la embajada de Caracas. Y dejó cerca a Laura Sarabia, que fue secretaria privada de Benedetti durante 7 años y los acompañó en campaña.

“Benedetti estuvo barajado para ser ministro, pero supimos que si se posesionaba lo podían capturar por sus líos judiciales. Petro nombra a Laura como jefa de despacho como una forma de decirle que todo seguía bien entre ambos”, le dijo a La Silla una persona cercana al círculo de Sarabia, que pidió no ser citada.

Entre diciembre y enero el canal entre Benedetti y Sarabia se rompió. Desde entonces comenzó una disputa entre ellos que estalló esta semana.

En un hilo este miércoles la acusó de chuzar sus comunicaciones y criticó su “abuso de poder, secuestro e intimidación” y el hecho de que tuviera 150 millones de pesos en una maleta, cuya pérdida detonó el interrogatorio a la niñera de Sarabia en las instalaciones de la Presidencia.

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Petro ha tratado de mediar en la disputa entre Sarabia y Benedetti y, de hecho, la semana pasada se reunió con este último en la Casa de Nariño para tratar ese tema. En ese encuentro, según coincidieron dos fuentes cercanas al presidente y otra de la Casa de Nariño, Petro le propuso a Benedetti regresar a Colombia. El motivo del regreso difiere según las fuentes: unas dicen que para coordinar la campaña a las elecciones regionales, que preocupan al gobierno por la falta de candidatos claros.

Pero los ruidos en torno a su participación en el escándalo de Laura Sarabia podrían cambiar eso. Y, de paso, abrir una guerra de filtraciones con datos personales de Petro en campaña y con posibles irregularidades en la financiación.