El Festival de la Canción de Viña del Mar, que se celebra en esa ciudad chilena desde 1960, abrió este domingo su 61 edición en un clima de fuerte tensión por las protestas y choques con la policía que se registran en los alrededores del recinto donde se desarrollan los espectáculos.

En el contexto de movilizaciones sociales que vive Chile desde hace cuatro meses, con las que se clama por un país más justo, estas movilizaciones ya venían siendo convocadas desde hace varios días con consignas como “Calles con sangre, Viña sin festival” o “Viña 20, cancelado por el pueblo. Sin dignidad, no hay festival”.

Después de que desde distintas zonas aledañas a la ciudad se movilizaran manifestantes hasta el centro urbano, concretamente las inmediaciones de la Quinta Vergara, la policía comenzó a reaccionar con vehículos blindados desde los que lanzaron agua a presión y gases lacrimógenos.

Los manifestantes, por su parte, iniciaron hogueras en las calles y se produjo la quema de algunos coches, mientras que el Hotel O’Higgins, el más emblemático del festival y donde se alojan periodistas, público y trabajadores del festival, fue evacuado por seguridad.

En Twitter durante todo el día fue tendencia la etiqueta #SinJusticiaNoHayFestival y, por el momento, se desconoce si hay heridos o detenidos.

Paula Arriagada, abogada de derechos humanos y presente en la protesta, recalcó que mediante este festival se quiere dar “una imagen de normalidad” que el país no tiene.

“Hoy Chile está paralizado por completo. Estamos en un estallido social y una crisis profunda que la clase política no ha sabido llevar adelanta con éxito, sino que se ha empeñado en reprimir las manifestaciones”, reprochó.

Por la parte oficial, el intendente de la región de Valparaíso, donde se ubica Viña del Mar, José Martínez Durán, escribió en Twitter sobre los incidente.

A media hora del inicio del Festival de Viña la Quinta Vergara está casi completa, muy tranquila y sigue entrando público, a pesar de los grupos de vándalos que continúan generando desórdenes en el exterior“, aseveró.

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Con la vista puesta en las convocatorias de protestas, las autoridades ya habían anunciado un operativo especial de seguridad con el fin de que las movilizaciones no afecten al desarrollo del festival y el público pueda acceder sin problemas al anfiteatro de la Quinta Vergara, que está completamente perimetrado, con fuertes controles de acceso.

Asimismo, la organización del festival remarcó que las medidas de seguridad dispuestas, que incluyen controles de acceso de productos considerados peligrosos -entre ellos bastones de selfie-, son similares a las exigidas en espectáculos de este tipo en el resto del mundo.

Una de las iniciativas para este domingo surgió de la red de colaboradores de apoyo a las víctimas de trauma ocular, que llamó al público del festival a llevar un ojo dibujado en cada mano para recordar a los más de 400 heridos oculares por los disparos de la policía durante las protestas.

En octubre impactó una grave crisis social, que es considerada la más grave desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), mediante manifestaciones y enfrentamientos con la policía que han dejado una treintena de fallecidos y miles de heridos.

En un principio, las protestas comenzaron en respuesta al aumento de la tarifa del metro, pero se convirtieron luego en una revuelta contra el Gobierno y para exigir un modelo económico y social más justo.