No fue fácil para Alba llegar a este mundo, pues la primera persona en rechazarla fue su propia madre, y luego vino una veintena de familias que no estaba preparada para asumir la responsabilidad de una niña con su condición.
No obstante, la vida de la niña cambió cuando Luca llegó a su vida, destaca el portal My Positive Outlooks.
Además del gran corazón del padre adoptivo, Luca asegura que se siente preparado porque desde que él tenía 14 años ha estado trabajando con personas en condición de discapacidad, y los últimos años los ha pasado haciendo trabajo social con personas con síndrome de Down.
El medio señala que completar este proceso de adopción fue bastante difícil, pues por lo general las casas de adopción prefieren a las familias conformadas por dos tutores, y en este caso Luca es un hombre homosexual y divorciado luego de 11 años de relación.
“Para mí, un niño con discapacidad no es una segunda opción, sino una decisión consciente que va con mi vocación y mis competencias”, dice Luca, orgulloso y feliz con su nueva hija.
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