Rompiendo un silencio estadístico de tres años, el Banco Central de Venezuela (BCV) también aceptó que el Producto Interno Bruto (PIB) se redujo 47,6 % entre 2013 y el tercer trimestre de 2018.
También aseguró que, tan solo el año pasado, la caída del PIB fue de 19,2 %, mientras que en 2017 había sido de 18,6 %.
En lo corrido del año, el gobierno chavista reconoció que la inflación se ha disparado un 274,4 %, lo cual está también muy por debajo de las estimaciones del Fondo Monetario Internacional, que proyecta que será de 10’000.000 %.
El BCV también informó que los ingresos por exportaciones petroleras —fuente de 96% de los ingresos del país– se desplomaron de 85.603 millones de dólares en 2013 y en 71.732 millones en 2014, hasta 29.810 millones en 2018.
Según cifras de la OPEP, la producción de petróleo venezolano fue de apenas 768.000 barriles diarios el mes pasado; nada comparable con los 3,2 millones de barriles que producía por día hace una década.
Las importaciones también cayeron de 57.183 millones de dólares en 2013, a 14.866 millones en 2018, lo que explicaría la severa escasez de bienes básicos.
Sin embargo, el desplome es aún más notable en el caso de las importaciones no petroleras, que bajaron desde 44.067 millones a solo 5.835 millones en ese mismo quinquenio.
Aunque las medidas económicas para ahogar al régimen se han recrudecido desde comienzos de este año, Henkel García, director de la firma Econométrica, subrayó que los datos del BCV “confirman que la mayor parte de la destrucción de la economía ocurrió mucho antes de las sanciones“.
La grave crisis ha forzado a más de tres millones de venezolanos a emigrar desde 2015, según Naciones Unidas, en medio de recrudecidas tensiones políticas por la pugna de poder entre el presidente socialista Nicolás Maduro y el líder opositor Juan Guaidó.
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