Las autoridades ibéricas señalaron que hacía parte de una organización criminal de siete personas que se dedicaban al sicariato. Otros dos eran colombianos y los cuatro restantes eran ciudadanos españoles.

Ya las autoridades habían descartado que hubiese huido hacia Colombia y cuando se activó la circular de captura se centraron en su entorno familiar hasta que dieron con todas las direcciones que visitaba en ese país.

Los agentes establecieron que tenía una relación afectiva con una colombiana que residía en la localidad madrileña de Galapagar. Se le hizo vigilancia a la mujer y a la vivienda, y se localizó al sicario, que trató de huir cuando fue interceptado.

Este hombre era “buscado por quebrantar su condena en prisión por asesinato”, y sobre él pesaba una orden de captura, pues desde que le dieron, por segunda vez, el beneficio de una salida jamás regresó a la prisión.

Aquí, el video que se conoció luego de su captura y traslado:

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Según información de la policía de España , el fugitivo había sido condenado por participar en la muerte del abogado Alfonso Díaz Moñux, en diciembre de 2008, porque no consiguió la puesta en libertad de un cliente.

Sobre ese homicidio, las autoridades del país europeo señalaron que la banda de sicarios vigiló al jurista y elaboró un reporte “con fotografías e información sobre domicilios, horarios y rutinas de la víctima y su pareja sentimental”.

Dos miembros del grupo dispararon sobre la víctima cuando entraba en coche a su domicilio, quien falleció posteriormente en el hospital.

Uno de sus cómplices sí huyó hacia Brasil, donde fue detenido en 2017, y comenzó a pagar la sentencia impuesta de 23 años de cárcel por el homicidio del abogado. Condena similar a la del colombiano.