
Luego de que Colombia firmara su ingreso a la denominada Ruta de la Seda, en un giro estratégico que marca un cambio en la orientación financiera y diplomática del país, Gustavo Petro anunció desde Shanghái que Colombia solicitó oficialmente su ingreso al Nuevo Banco de Desarrollo (NBD).
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De esta manera, el mandatario sostuvo una reunión y firmó acuerdos con Dilma Rousseff, presidenta de esta entidad, para que se acepte las intenciones de ingreso a esa corporación.
Esta entidad financiera fue fundada por el bloque de economías emergentes conocido como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). La decisión, que se da en medio de una gira presidencial por Asia, busca facilitar el acceso a créditos internacionales para impulsar proyectos de infraestructura de gran escala.
Uno de los principales objetivos de esta movida es financiar el ambicioso proyecto de un tren interoceánico que conectaría las costas del océano Pacífico con el Atlántico, atravesando el Chocó, entre Cupica y el Golfo de Urabá, según recogió Blu Radio.

Aunque la adhesión al NBD aún debe ser aprobada por los miembros del banco —entre ellos Rusia y China— el anuncio ha provocado reacciones mixtas en la comunidad internacional, especialmente en Estados Unidos, que ve con preocupación la creciente influencia de sus rivales geopolíticos en América Latina.
#POLÍTICA El Presidente @petrogustavo en su visita oficial a china, firmo varios acuerdos con la presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo Dilma Rousseff @dilmabr en Shanghái, en la cual radicó formalmente la solicitud de ingreso a la entidad. Esta noticia fue confirmada por el… pic.twitter.com/t6r65NvQWw
— ÚltimaHoraCaracol (@UltimaHoraCR) May 16, 2025
¿Qué ventajas tendría el ingreso de Colombia al Nuevo Banco de Desarrollo?
El Nuevo Banco de Desarrollo fue creado en 2014 como una alternativa a las instituciones tradicionales dominadas por Occidente, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Su objetivo es financiar proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible en países emergentes y en desarrollo. Desde su creación, ha aprobado más de 90 proyectos por un valor superior a los 30.000 millones de dólares.
Para Colombia, ingresar al NBD representaría una oportunidad de acceder a recursos frescos sin las condiciones macroeconómicas restrictivas que suelen imponer entidades como el FMI. Así lo ha planteado el presidente Petro, quien ha criticado en varias ocasiones las limitaciones de la arquitectura financiera global actual y ha defendido la necesidad de buscar opciones que respondan mejor a las necesidades de los países del sur global.
Durante su intervención en Shanghái, Petro destacó que el tren interoceánico podría convertirse en una alternativa al Canal de Panamá y que la inversión en este tipo de proyectos no solo tiene sentido económico, sino también ambiental, al promover el transporte férreo por encima del carretero, reduciendo la huella de carbono del país.
Además del tren interoceánico, otros proyectos podrían recibir impulso a través de este banco, incluyendo obras de infraestructura vial, transición energética y conectividad digital. En palabras del mandatario, el ingreso al NBD es parte de una estrategia más amplia para diversificar las fuentes de financiamiento y los aliados estratégicos del país, particularmente en un contexto de creciente multipolaridad global.

Advertencias de Estado Unidos y posibles tensiones diplomáticas
Aunque no ha habido un pronunciamiento oficial en contra, la noticia del interés colombiano en el banco de los BRICS causa inquietud en Estados Unidos, uno de los aliados históricos más cercanos de Colombia. Desde Washington, analistas y funcionarios han advertido sobre los riesgos de acercarse a una institución donde Rusia y China tienen un papel protagónico, especialmente en un momento de tensiones geopolíticas globales.
En este sentido, desde la capital estadounidense, la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental expresó su preocupación por la incorporación de Colombia a la Ruta de la Seda. Como respuesta, comunicaron su intención de bloquear futuros desembolsos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de otros organismos multilaterales destinados a financiar proyectos en el país.
La razón central, según el comunicado oficial, es el riesgo que representa para la seguridad regional la participación de compañías chinas en sectores sensibles, según recogió Infobae.
Esta declaración refleja la creciente tensión entre Estados Unidos y China por la influencia en América Latina, una región históricamente considerada dentro de la esfera de influencia de Washington. La decisión colombiana representa, en ese contexto, un punto de inflexión que podría afectar las relaciones bilaterales entre Bogotá y su aliado tradicional.
Uno de los casos más emblemáticos que ilustra esta disputa es el de la primera línea del metro de Bogotá. Este megaproyecto está siendo ejecutado por el consorcio Metro Línea 1 S.A.S., compuesto en su totalidad por capital chino: un 85% proviene de China Harbour Engineering Company Limited y el 15% de Xi’an Metro Company Limited.
El BID ha sido una de las fuentes clave de financiación, con un aporte inicial de 600 millones de dólares y un adicional de 415 millones para la segunda etapa del proyecto. Además, otros organismos multilaterales como el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) también han comprometido recursos para su desarrollo.
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