La afirmación la hizo durante una sesión del Parlamento, celebrada fuera del recinto del Legislativo. Además, afirmó que el dirigente chavista Freddy Bernal se convirtió en “custodio” del Eln en Venezuela, y que el oficialista “ha sido incapaz de prestarle seguridad a los habitantes” del estado de Táchira:

“(Bernal) tuvo que utilizar a la guerrilla del Eln, que tiene el territorio venezolano como abrigadero, para tomar ese pueblo fronterizo (de Boca de Grita) que tan duro fue golpeado durante este fin de semana”.

Justamente, Bernal anunció este lunes que el régimen capturó en Boca de Grita a 14 presuntos integrantes de la banda paramilitar ‘Los Rastrojos’, al tiempo que se desmanteló parte “de su aparato logístico” en el país.

De acuerdo con el funcionario, ‘Los Rastrojos’ mantenían en esta población fronteriza una enfermería, un depósito de armas y explosivos y una flota de al menos 20 vehículos, usados para diversos actos delictivos.

Además, un centro hotelero donde resguardaban “a peligrosos integrantes” y varios “depósitos clandestinos de combustible”, en los que reposaban más de 22.000 litros.

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Vera no ligó su denuncia de hoy con esta operación, que ocurrió en paralelo a los ejercicios militares ordenados por Maduro y que la diputada calificó como “parodia”.

“Lo grave de esto no es solo que estas poblaciones hayan sido tomadas por el Eln, sino que estas poblaciones tienen años siendo tomadas por grupos paramilitares y que la Fuerza Armada durante años se negó a prestarle a los ciudadanos de esa zona de frontera la seguridad ciudadana que les corresponde”, continuó la opositora.

Asimismo, aseguró que Maduro otorgó al Eln “el control y la prestación de seguridad” en las zonas de frontera, mientras permite que el pueblo sea “masacrado” en diversos hechos violentos.

Venezuela y Colombia comparten una extensa frontera de más de 2.200 kilómetros, en la que existe una fuerte actividad de contrabando de todo tipo de productos.

Además, es escenario frecuente de combates entre los diversos actores del conflicto armado colombiano que en ocasiones cruzan la frontera.

Con frecuencia, el Gobierno de Nicolás Maduro acusa a Colombia de permisividad con la violencia que se genera en la frontera y de haber roto los canales de comunicación entre las autoridades militares y de inteligencia, lo que dificulta el combate al delito del lado venezolano de la frontera.