El presidente Joe Biden vinculó la escalada de sanciones directamente a las pruebas que se han acumulado de que las fuerzas rusas asesinaron deliberadamente a civiles en Bucha, una ciudad a las afueras de Kiev.

“Dejé en claro que Rusia pagaría un precio severo e inmediato por sus atrocidades en Bucha”, tuiteó Biden.

Un alto funcionario estadounidense explicó que Washington quiere crear un “círculo vicioso” acumulando medidas contra Moscú.

“La privamos (a Rusia) de capitales, la privamos de tecnología, la privamos de talentos y el conjunto de medidas apunta a crear una espiral que se acelera a medida que Putin mantiene la escalada” militar, añadió el funcionario que pidió no ser identificado.

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Estas nuevas sanciones apuntan a las dos hijas de Putin, Maria Vorontsova y Katerina Tikhonova, que ahora están sujetas a una congelación de activos en Estados Unidos y aisladas del sistema financiero estadounidense.

Además de impedir nuevas inversiones en Rusia, Estados Unidos impondrá las sanciones más severas posibles contra el banco público Sberbank, que según Washington controla un tercio de los activos bancarios de Rusia y también contra el Alga Bank, el mayor banco privado del país.

Eso significa que esas entidades, que ya habían recibido sanciones menos duras, sufrirán la congelación de todos sus haberes “en el sistema financiero estadounidense” y no podrán hacer ningún tipo de transacción con entidades o personas estadounidenses, según la Casa Blanca.

Estados Unidos quiere también sancionar a “grandes empresas públicas estratégicas“, pero, de momento, no reveló la lista.

Washington dijo que las medidas apuntan a convertir a Rusia en un “paria” de la economía mundial, pero haría excepciones en el sector de energía, principal fuente de recursos del fisco ruso.