La intrépida piloto belgo-británica sueña con llegar a ser astronauta, pero, actualmente, su objetivo es ser la mujer más joven en realizar un vuelo en solitario alrededor de la Tierra.

Su itinerario empezó con una corta travesía del Canal de la Mancha, desde su ciudad natal, Kortrijk (Flandes, oeste de Bélgica), hasta la costa de Inglaterra. Las siguientes etapas la llevarán a través de océanos, desiertos, bosques y la vasta naturaleza de Siberia.

En su diminuto avión a hélice, un ultraligero Shark UL, que apenas pesa 325 kilos, tiene la intención de evitar los principales aeropuertos, muy frecuentados, salvó el JFK de Nueva York, y planea aterrizar en pequeños aeródromos por la noche y allí reabastecer combustible.

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Obtuvo las autorizaciones para sobrevolar Groenlandia, Honduras, Arabia Saudita y Birmania, y estará sola en todos sus vuelos, que durarán entre cinco y seis horas cada uno.

Zara Rutherford no es la piloto más joven en intentar rodear el planeta en solitario, puesto que un británico de 18 años, Travis Ludlow, lo logró en julio.

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Pero ella aspira a ser la mujer más joven en lograr esta hazaña. Más allá de la plusmarca, le interesa convertirse en una inspiración: “Realmente espero alentar a las niñas y mujeres jóvenes a ingresar a la aviación, la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas”, dijo antes de decolar.

“Al crecer, no vi a muchas mujeres en estos sectores y fue bastante desalentador. Así que aspiro a poder cambiar eso“, insiste. Su odisea aérea se puede seguir en su sitio web: FlyZolo.com, y en la plataforma TikTok.

Detalles de cómo va a dar la vuelta al mundo

La joven cuenta con un teléfono satelital y una radio para comunicarse con los controladores aéreos de los países que sobrevolará, pero en el cockpit estará sola con su música y sus podcasts.

Aunque ningún otro avión la seguirá para ayudarla si fuera necesario, su equipo de apoyo basado en Bélgica planificó cuidadosamente su aventura, en particular obteniendo las autorizaciones necesarias para volar en los espacios aéreos de poco más de medio centenar de países.

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Después de Bélgica y las Islas Británicas, su primer desafío será cruzar el Atlántico, para más adelante pasar por Mongolia y Siberia, a veces alejada de zonas habitadas.

“No dormí bien, puesto que estoy bastante nerviosa y muy emocionada. Todavía no puedo creerlo, comenzaré a darme cuenta cuando aterrice en el Reino Unido“, confió a la AFP.

En el aeropuerto de Kortrijk-Wevelgem, su familia, amigos, el alcalde de la ciudad y algunos periodistas se reunieron para presenciar el comienzo de su aventura.

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Un momento duro para su madre belga, Béatrice De Smet: “Evidentemente, siento emociones mezcladas. Soy madre y se me estruja el corazón al verla partir así“, desliza.

Pero, al mismo tiempo, “estoy sumamente orgullosa del vuelo que emprendió, y por la misión que hay detrás, que es animar a las niñas a seguir sus sueños y alcanzar las estrellas”, señala, en tanto el ultraliviano de su hija desaparece en el cielo gris de Flandes.

Si todo sale como está previsto, Zara regresará a Bélgica el 4 de noviembre, y con otro objetivo: comenzar estudios de ingeniería.