Culminó la gira del jefe de Estado por España, en el que tuvo varios encuentros con el rey Felipe VI, la reina Letizia, miembros del congreso de ese país, entre otras autoridades.

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La visita de Gustavo Petro y Verónica Alcocer estuvo llena de momentos curiosos y tensionantes, como los extraños gestos de la primera dama durante la cena con la realeza y la sacada de cueros al sol entre el presidente y políticos pertenecientes al partido de derecha Vox.

Cuál es la contradicción que involucraría a Gustavo Petro con dictador Francisco Franco

Pero otro de los momentos memorables de la visita se dio cuando Petro y Alcocer llegaron al Palacio Real de Madrid, montados en un antiguo auto de la marca Rolls Royce que fue comprado, en su momento, por el dictador de derecha, Francisco Franco, según comentó la revista Cambio.

Ese hecho marca una gran contradicción, puesto que el presidente colombiano no comulga con las ideas de derecha, pero sí paseó en el auto que perteneció al fallecido dictador español.

El imponente auto clásico color negro era el Rolls Royce Phantom IV, de los que apenas se fabricaron 18 unidades en los años cincuenta y que fueron vendidos solamente a presidentes o miembros de la realeza.

Tres de esos automóviles fueron a parar a manos del dictador español, quien ordenó su compra en 1948 cuando ni siquiera habían salido al mercado. Esos carros estaban adaptados como limusinas, una de ellas tenía cinco puestos y otra siete.

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Aunque se especuló inicialmente que este lujoso carro fue un regalo de Adolfo Hitler para el dictador de derecha español, no es así. La verdad es que el austriaco sí le entregó a Franco un automóvil, pero fue el Mercedes 540 G4 W131, referenció el medio ABC, de España.

En la actualidad, los históricos Rolls Royce de Franco pertenecen al Ejército de Tierra, pero prestan servicios a la Casa Real y suelen ser utilizados para desplazar a los jefes de estado y a la realeza, en eventos de relevancia institucional.

Según informó el medio anteriormente citado, esta referencia de automóvil se creó como un regalo para celebrar el cumpleaños número 25 de la reina Isabel.