
En California se dio un paso que reconfigura la relación entre policía y ciudadanía: aprobó la ley SB 627, que prohíbe a los agentes del orden cubrirse el rostro con cualquier prenda que impida su identificación, según La Nación.
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La iniciativa, impulsada por el senador Scott Wiener, partió de una idea central: un policía invisible es un policía que provoca desconfianza. El texto legal detalló las razones que justifican la medida, con hallazgos que reflejan la tensión acumulada en las calles.
Por qué se aprobó la ley SB 627
Uno de los argumentos más contundentes fue que la presencia de uniformados con el rostro tapado no solo intimidaba, sino que podía detonar reacciones defensivas y convertirse en la chispa de un enfrentamiento.




A esto se sumaba la pérdida de comunicación: al ocultar sus expresiones, los agentes borraban un canal humano clave y cualquier diálogo terminaba convertido en un campo de malentendidos.
Otro de los puntos críticos fue el riesgo de usurpación. Con el rostro cubierto, resultaba casi imposible identificar con certeza a un oficial, lo que abría la puerta para que cualquier individuo se hiciera pasar por autoridad. Finalmente, la opacidad del anonimato terminaba por erosionar la confianza y minar la legitimidad de las instituciones frente a las comunidades.
El proyecto fue claro al afirmar: “La visibilidad del rostro de un oficial es vital para promover la transparencia, facilitar la comunicación y construir confianza entre las agencias del orden y las comunidades que sirven”, conoció La Nación.
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