La millonaria recompensa, según un comunicado emitido por el país, es por cada uno de los dos exjefes de las Farc, que traicionaron el acuerdo de paz para volverse a armar.

“Continuaremos los fuertes esfuerzos de intercambio de información y desarrollo de capacidades de las fuerzas del orden público de Estados Unidos y Colombia, que son esenciales para interrumpir y desmantelar las organizaciones criminales transnacionales que operan en la región”, señaló el Departamento de Estado.

El documento indica que tanto Seuxis Pausias Hernández Solarte, alias ‘Jesús Santrich’, como Luciano Marín Arango, conocido como ‘Iván Márquez’, participaron “en actividades de tráfico de drogas, lo que llevó a sus acusaciones penales”, y subraya que Washington comparte la preocupación de que el gobierno de Nicolás Maduro, en Venezuela, “está brindando apoyo a grupos armados ilegales de Colombia”.

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Al respecto, el secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo en su Twitter que esta es una medida “para llevar ante la justicia a los exmiembros de las Farc” involucrados en el narcotráfico.

“El pueblo colombiano merece un acuerdo de paz duradero con los exmiembros de las Farc que respetan el estado de derecho y se comprometen a la reintegración pacífica en la sociedad” concluyó.

La recompensa se ofrece bajo el programa de narcóticos del Departamento de Estado, agregó el comunicado, que ya ha judicializado a 75 narcotraficantes, por los que se han gastado cerca de 130 millones de dólares.

Estados Unidos critica a Petro en la ONU y evalúa si continúa apoyo a Colombia en el Acuerdo de Paz

Estados Unidos lanzó fuertes críticas al presidente Gustavo Petro durante la más reciente sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se presentó el informe trimestral sobre la paz en Colombia. El representante estadounidense, Mike Waltz, acusó al Gobierno de usar “retórica incendiaria” y de impulsar políticas que, según Washington, socavan los avances hacia una paz duradera. Además, cuestionó la ampliación del mandato de la Misión de Verificación, señalando que se ha desviado de su objetivo inicial —la desmovilización de las Farc— para centrarse en lo que calificó como “prioridades políticas excesivas”, como la JEP y el apoyo a minorías étnicas.