Hace unos días encontré un documental de 2012 con título ‘Porqué hundieron el Titanic’. Dicho documental versa sobre el supuesto fraude de los dueños de la White Star Line, empresa naviera británica conocida, sobre todo, por el Titanic, mediante el cual intercambiaron los barcos Titanic y Olympic para cobrar un millonario seguro.

Aún hoy, la historia del Titanic fascina a historiadores, ingenieros, investigadores profesionales y aficionados. El Titanic, el barco más lujoso y grande de su tiempo, nos atrapa por su fascinante y trágica historia, comprendida entre 1909 y el fatídico 1912. Sin embargo, no muchos conocen en gran medida la historia previa al viaje inaugural y naufragio.

La mayoría sólo tiene presente la escena de DiCaprio y Winslet en la película “Titanic” de 1997 (sea este en el carro o en la proa del barco). Aunque el Titanic fue en su momento el barco más lujoso y grande, su hermano, el Olympic también lo fue al momento de ser botado. Los diferenciaban aspectos arquitectónicos, y que al Titanic lo hicieron un poco más grande y lujoso.

Los planes para construir el legendario Titanic comienzan en los albores del siglo XX, cuando las empresas Cunard y White Star Line competían por la supremacía del transporte de pasajeros en el Atlántico. Cunard se destacaba por la rapidez y tamaño de sus barcos como el Mauretania, Lusitania; y otros de sus rápidos barcos obtenían la apreciada cinta azul, distintivo que identificaba al barco más rápido en cruzar el Atlántico.

Claro, había otros países compitiendo como Alemania, Italia, Francia y el mismo Estados Unidos, pero para 1905 Inglaterra tenía el dominio, principalmente, gracias a Cunard. Es así como La White Star Line decidió competir con Cunard, no con el objetivo de vencerla en rapidez, sino en lujo, confort y tamaño. Así nació la familia de barcos clase Olympic.

Los tres barcos a construir en su orden eran Olympic, Titanic y Britannic, diseñados por Thomas Andrews.

En 1908 se comenzó la construcción del Olympic y en 1909 el Titanic. Los astilleros de Harland & Wolff tenían miles de trabajadores en Belfast empleados solo en la construcción de los dos barcos.

Algunos historiadores e ingenieros aseguran que hoy no se construyen barcos con la calidad y arte como en las épocas del Titanic. Cada remache era fabricado a mano, y cada barco contaba con millones de ellos para asegurar las placas de acero que conformaban el casco. Los artesanos encargados de la decoración lograban una perfección y lujo con detalle minucioso.

En 1998, una enorme pieza del casco naufragio, fue rescatada. Al examinarla, un especialista del Titanic, Tim Malten, dijo que el barco tenía un casco que podría compararse con uno de guerra de la época, haciendo alusión a la formidable capacidad de resistencia y durabilidad por la forma como fue construido.

Según la teoría de conspiración, el barco que hoy se encuentra en el fondo del mar no es el Titanic original, sino el Olympic. La versión es que en 1911, cuando el Olympic ya se encontraba en servicio, mientras el Titanic estaba siendo terminado, el primero tuvo una colisión con un barco de guerra llamado Hawke.

En dicha colisión el Olympic sufrió la perforación del casco al lado de estribor (derecha) y en la popa (parte posterior del barco). La White Star Line tuvo que suspender trabajos en el Titanic para atender la reparación del Olympic.

De acuerdo con la teoría conspirativa, el daño del Olympic era grave hasta el punto de asegurar que la quilla se había doblado. La quilla es, por decirlo así, la columna del barco, es la parte más fuerte y es la que se instala primero para, desde ella, comenzar a construir el barco. Doblar una quilla de un transatlántico, o romperla, requiere de unas fuerzas tremendas. En fin, aseguran que dicho daño era irreparable y que el Olympic sería asegurable por un valor inferior por su estado.

Al ser botado el Titanic para ser puesto a punto, la teoría de conspiración asegura que el Titanic y Olympic fueron intercambiados, y que el plan era hundir el Olympic (ahora Titanic) para cobrar una multimillonaria suma de seguro. Dicho argumento se sustenta en que algunos días previos al viaje inaugural del Titanic (Olympic), el seguro del mismo fue aumentado de forma importante.

Así mismo, como el plan era hundir el barco, varios de los prominentes viajeros cancelaron su viaje, incluyendo a J.P. Morgan, dueño de la International Marcantalie Marine, empresa matriz de White Star Line. El plan del fraude era hacer naufragar el Titanic (Olympic), cuyos pasajeros serían rescatados a tiempo por el barco Californian, barco perteneciente a White Star Line. La evidencia, sin embargo, apunta a que el barco que se halla en fondo del mar, es el Titanic, y no el Olympic.

Primero, están las diferencias entre los barcos. Aunque fueron buques hermanos con un diseño similar, había diferencias estructurales que no podrían ser cambiadas en corto tiempo, lo que retrasaría aún más le viaje inaugural, aumentando los costos y trabajo dispendioso de cambiar los barcos. No era sólo menester de cambiar los nombres, que por decirlo menos, cada letra estaba incrustada en el caso y era de un tamaño considerable.

Segundo, la noche de la tragedia, el Californian detuvo su curso por grandes bancos de hielo y su radio fue apagada, pues sólo tenía un operador que se fue a descansar luego de un largo día de trabajo. El capitán Stanley Lord no hizo ningún esfuerzo que pudiera sustentar que estaba dentro de un plan macabro de hundimiento del Titanic (Olympic). Además, ni él ni el capitán del condenado barco, E. J. Smith, podrían haber predicho la ubicación exacta del iceberg que produjo el daño fatal.

Tercero, varios prominentes pasajeros no cancelaron su viaje. En el Titanic se encontraban, ni más ni menos, el presidente de la White Star Line, Bruce Ismay, y el propio diseñador, Thomas Andrews. El primero se salvó en un bote salvavidas, mientras el segundo pereció.

Cuarto, el costo del silencio de miles de trabajadores en Belfast y pasajeros supervivientes. Miles de trabajadores en Belfast laboraron en la construcción del Olympic y Titanic. El costo de callarlos a todos haría más cara y peligrosa la empresa del fraude, que además tendría efectos nocivos de imagen para La White Star Line, dependiendo del silencio de miles.

Por otro lado, pasajeros supervivientes que viajaron en el Titanic también lo hicieron en el Olympic, claramente se habrían dado cuenta si hubieran navegado en el mismo Olympic. Hay que tener en cuenta que viajeros de primera clase lo hacían de forma regular.

Finalmente, el descubrimiento y documentación del barco. Desde 1986, cuando los restos del naufragio fueron hallados por la expedición Franco – americana, dirigida por Jean Luis y Robert Ballard, subsiguientes expediciones han documentado los restos del barco extensamente. Ninguna ha encontrado indicios de que el Olympic fuera el barco hundido.

Ningún otro barco de la historia ha tenido tanta mezcla de historia, mito y leyenda. El hecho de este artículo de un simple ciudadano colombiano, ya casi 105 años luego de la tragedia, es una minúscula muestra más como hoy todavía el Titanic, nos sigue impactando por el significado histórico de una época en la que la humanidad se sentía infalible.

Su tragedia en 1912 y luego, en 1914, prácticamente dos años después, la Primera Guerra Mundial, de la cual fue víctima el Britannic, el hermano menor del Olympic y Titanic; terminaron con una época.

Entre, mitos, realidad, teorías de conspiración y la Gran Guerra, y sin mayores bombos y platillos, el Olympic, el hermano mayor de la familia de barcos de la clase Olympic, terminó su historia chatarrizado, habiendo cumplido su servicio, y sin ser encontrado ningún indicio del cambio de barcos. El Olympic sirvió dignamente durante 24 años, entre 1911 y 1935, llevando pasajeros en épocas de paz, y soldados en la guerra; granjeándose el nombre “Old reliable”, el Viejo Confiable.

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